_
_
_
_
_

Las exigencias de las grandes cadenas amenazan las exportaciones agrícolas

Ni nitratos ni productos fitosanitarios en el cultivo de frutas y hortalizas. Eso es lo que han decidido exigir a sus proveedores 33 grandes cadenas europeas. Estas empresas han adoptado las llamadas "técnicas de producción integrada", lo que significa que sólo comprarán fruta cultivada sin estos productos y con el máximo respeto al medio ambiente. La medida, que puede empezar a aplicarse antes de acabar este trimestre, puede afectar gravemente al sector hortofrutícola español.

Los pequeños agricultores afirman que la decisión de las cadenas de distribución no está justificada y la califican de "nuevo proteccionismo". Las exigencias de los grandes distribuidores son cuatro: eliminar el uso de nitratos en el riego, suprimir el uso de productos fitosanitarios en el cultivo, en particular el bromuro de metilo, un pesticida que se considera dañino para la capa de ozono, y el cumplimiento de ciertas condiciones para la eliminación de malas hierbas y la destrucción de los envases potencialmente tóxicos.Las cadenas han anunciado también que cancelarán su relación comercial con las empresas que utilicen como mano de obra inmigrantes ilegales o menores de edad. Estas decisiones las han tomado empresas de de Holanda, Alemania, Reino Unido y Bélgica, agrupadas en la asociación sectorial Eurep. Para garantizar que los productos cumplen sus condiciones, la fruta que compren estas empresas deberá tener una etiqueta identificativa. Algunas comunidades autónomas ya han empezado a tomar medidas para apoyar al sector. El Ministerio de Agricultura, cuya titular es Loyola de Palacio, intenta sacar adelante un decreto que fije unas bases comunes entre las medidas de las comunidades autónomas. Ramón Vázquez, subdirector general del ministerio, dice que el departamento puede tener listas medidas de apoyo a los agricultores en un plazo de tres meses.

"Estamos trabajando en un proyecto de decreto, ahora en fase de consulta jurídica, y que tenemos que pactar con el sector", explica. Vázquez sólo avanza que el decreto que prepara el ministerio prevé dar ayuda técnica a los agricultores. Desde el sector se afirma que no hay razones para que las cadenas europeas hayan tomado esta decisión. El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Fernando Moraleda, afirma que los productos españoles son de calidad, hasta el punto de que en el caso del tomate se ha conseguido entrar con fuerza en paises como Holanda, "superando en calidad a los de ese país (...). El uso de productos fitosanitarios, y en concreto del bromuro de metilo, es legal y se aplica al suelo para evitar enfermedades de las plantas".

En cuanto a los fertilizantes nitrogenados, el dirigente de la UPA asegura que su uso en España está por debajo de la media europea. "Según datos de Agricultura, se utilizan 30 kilos por hectárea, la media de la UE es de 69,6 kilos, y en países como Holanda, de 180,9 kilos". Moraleda recalca que el sector no rechaza mejoras en los cultivos, sino que se presente como un problema medioambiental un asunto puramente comercial, debido a que España ha conseguido buena penetración en productos como tomate, fresa y pimiento".

Con todo, algunos agricultores ya han empezado a aplicar las técnicas de producción integrada. Hace un año, en la localidad leridana de Miralcamp, 12 pequeños agricultores se embarcaron en el proyecto mantener sus cultivos frutícolas cumpliendo las condiciones citadas. Del grupo inicial, sólo dos continúan con la aventura.

"Estamos decepcionados, a pesar de que empezamos con mucha ilusión", declara Ramón Masot, miembro del sindicato Unió de Pagesos y presidente de la cooperativa de Miralcamp. Masot sigue poniendo en práctica este nuevo sistema de cultivo, pero se muestra escéptico a la ahora de predecir su posible extensión masiva en España. "Si la Generalitat o el ministerio no nos ayudan, esto no tiene ningún futuro", afirma.

Las empresas más grandes capean mejor la situación y algunas ya han decidido implantar el sistema que exigen las grandes cadenas. La valenciana Martinavarro es un ejemplo. Esta empresa, que el año pasado exportó varios miles de toneladas de naranjas a Europa, ha decidido implantar en sus campos la producción integrada para evitar perder su mercado exterior. José Luis Ripollés, responsable de la producción integrada en Martinavarro, afirma que "hasta hace poco, en nuestro país, la producción integrada se veía como utópica, pero ahora es una realidad ineludible". Pero " desde la Administración no se está haciendo nada, ni se fomenta el asociacionismo de pequeños agricultores para competir mejor ni se unifican los reglamentos existentes", se lamenta.

Las comunidades quieren una normativa estatal sobre producción integrada que sirva de base. "Desearíamos una normativa europea, pero ni siquiera tenemos una nacional", se queja el director del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat de Cataluña, Josep María Vives.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_