Mira publica la versión definitiva del libro "Viatge al final del fred"

El escritor Joan F. Mira presentó ayer en Castellón la versión definitiva de la novela Viatge al final del fred que escribió hace 17 años. El libro narra la relación entre dos hermanos en los estertores de la presencia maqui en las comarcas de Els Ports de Morella y la Tinença de Benifassà. Fue publicado en su momento con cerca de 40 páginas menos por exigencias de la editorial y desde su aparición estuvo envuelto de una polémica al quedar relegado a la segunda posición del Premi San Jordi en 1982.

El jurado se decantó al final por otra obra a pesar de que la tercera novela del escritor castellonense era clara favorita. Pasado el tiempo, la polémica de entonces se ha convertido en una anécdota. No obstante, a veces la peripecia extraliteraria de una obra parece también que forma parte de ella, lo que explica el análisis de los infortunios por los que pasó el texto que realiza Carles Mulet en el estudio introductorio. Pero la novela continúa su andadura ahora con nuevos bríos. Ha sido revisada, corregida, reestructurada y se han añadido los pasajes que se suprimieron del original con el fin de que se ajustara al formato de la colección editorial catalana en la que fue publicada. Así fue presentada ayer en la librería Babel de Castellón por el ex rector de la Universidad de Valencia y miembro del Consell Valencià de Cultura, Ramon Lapiedra, el editor Josep Gregori y el propio autor. La editorial valenciana Bromera ha brindado la oportunidad a Mira de recobrar la "dimensión coral" con el material recuperado de un relato, que, sin embargo, centra su atención en la tensa relación entre un médico exiliado en Inglaterra a raíz de la guerra civil y su hermana gemela que dirige a uno de los últimos grupúsculos de los guerrilleros antifranquistas. Al cabo de los años, los dos se reencuentran en el territorio agreste de las escaramuzas maquis a petición de la hermana, quien le reclama su ayuda para escapar a Francia. Corre el año 1957 -"el de la gran helada", recuerda Mira- y vuelve a aflorar la relación equívoca entre los dos gemelos que han mantenido desde la infancia. Se reestablece, por tanto, "el lazo de dominación y subordinación entre dos personalidades contrapuestas -enfatizada por la inversión de los roles tradicionales, donde ella asume el papel activo y él se deja arrastrar- que genera un sentimiento soterrado y tenso que ultrapasa los vínculos estrictamente fraternales y los impulsa el uno hacia el otro con una atracción fuertemente erotizada", comenta el autor, uno de los escritores más relevantes de la literatura catalana en la actualidad. La novela supuso una de las primeras aproximaciones literarias al mundo de los maquis que poblaron los escarpados paisajes de las comarcas del norte del País Valenciano. Es ahí donde se localiza toda la acción de una obra que "se aleja de la simple reedición para aproximarse a la novedad editorial", según señala Bromera. "Es el final de una epopeya y de todo un mundo", apunta Mira a propósito del contenido del libro cuyo título resulta muy significativo de los hechos que describe. Los personajes que lo pueblan son "perplejos, derrotados, arrastrados de alguna manera por un destino o unos acontecimientos que los superan, que suelen tener un final trágico", añade el autor de Borja Papa. Mundo normalizado Ramon Lapiedra, por su parte, subraya la influencia de la "tragedia griega" que subyace en Viatge al final del fred, al tiempo que destaca el suspense y el desarrollo argumental del relato que arrastra al lector. Unas características que también detectó en Borja Papa, a pesar de tratarse de una recreación histórica en primera persona. Lapiedra no considera que la novela reeditada pertenezca al estilo de escritura automática y rechaza su inclusión dentro de la literatura experimental "basada exclusivamente en el lenguaje efímero". A propósito de Mira y sus constantes publicaciones en valenciano tanto de literatura como de ensayo, Lapiedra sostiene que el mundo editorial valenciano está mucho más normalizado de los que está la sociedad valenciana. Una opinión compartida por Mira.