Fomento rechazó una propuesta de ACESA para liberar el peaje de la B-30

"Imposible". Ésta fue la respuesta que recibieron los representantes de la concesionaria ACESA cuando propusieron al Ministerio de Fomento liberar el peaje de la B-30 a cambio de la gestión del aparcamiento del aeropuerto de El Prat. Tiempo atrás, Fomento rechazó la propuesta por ser inviable, pero la modificación de los estatutos de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) publicada el pasado 12 de enero en el Boletín Oficial del Estado (BOE) abre de nuevo la posibilidad del trueque. La modificación estatutaria publicada en el BOE persigue, según AENA, que "servicios como los aparcamientos de vehículos, telecomunicaciones no aeronáuticas o telemática, entre otros, prestados por AENA en la actualidad" puedan ser "gestionados a partir de ahora por otras sociedades". La oferta fue hecha cuando aún era Joan Manuel Basáñez el director general de ACESA (fue sustituido hace menos de tres meses por Salvador Alemany), según confirmó ayer un portavoz de la empresa. La misma fuente añadió que, en estos momentos, la oferta de trueque no está sobre la mesa. "ACESA está interesada en actuar en el sector servicios, pero no contemplamos la posibilidad de intercambios". 30.000 millones El tramo de la B-30 (en realidad A-7) que se liberaría de peaje es el que va de El Papiol a Montmeló, que cuesta unas 100 pesetas. La recuperación de este trecho está valorada en unos 30.000 millones de pesetas. La B-30 funciona como cinturón que evita que el tráfico de norte a sur y viceversa tenga que entrar en Barcelona y colapse las rondas. Los ciudadanos catalanes han reclamado sistemáticamente la gratuidad de este tramo y en los años setenta hubo una larga y masiva campaña con el lema Tercer cinturón gratuito. Sin embargo, el Gobierno (entonces de Unión de Centro Democrático) no cedió a las peticiones populares y respetó la concesión del tramo, manteniendo el peaje. El tramo de peaje es el formado por las calzadas interiores, mientras que las laterales, con diversos semáforos, forman la realmente denominada B-30 y son gratuitas, aunque están saturadas. En los recientes acuerdos entre Fomento y ACESA, el peaje se redujo de forma drástica. No obstante, la exigencia de gratuidad sigue formando parte de las reivindicaciones. Primero, por el agravio comparativo respecto a Madrid, donde las vías con denominación similar (M-30, M-40 y la futura M-45) son gratuitas. Una segunda razón, aducida de forma reiterada por el Ayuntamiento de Barcelona, es que la gratuidad liberaría las rondas en buena medida del tráfico pesado que en estos momentos contribuye a la saturación de unas vías pensadas como urbanas. Finalmente, los partidarios de la gratuidad de la B-30 aducen que las mejoras necesarias para superar la alta densidad que soportan las calzadas laterales (las gratuitas) requieren una inversión que de hecho es innecesaria, ya que sería más barato rescatar el tramo y convertir en gratuitas las calzadas interiores. ACESA no ha querido incluir este tramo en las conversaciones que mantiene con diversas plataformas ciudadanas sobre peajes, argumentando que una decisión de este tipo sólo puede ser tomada por las autoridades que establecieron la concesión.