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El nombramiento de Tarancón introduce un elemento de incertidumbre sobre la Acadèmia

Manuel Tarancón, actual presidente de la Diputación de Valencia y máximo responsable órganico del PP provincial, asumirá el sábado la responsabilidad sobre la Consejería de Educación y Cultura. Tarancón cubrirá la vacante que deja Francisco Camps, nombrado secretario de Estado de Administración Territorial. Eduardo Zaplana presentó el relevo como "la fórmula idónea" para dotar del necesario peso político el área de Educación y Cultura.

VIENE DE LA PÁGINA 1 El relevo en el área de Educación y Cultura viene precedido por una intensa semana de enfrentamiento con los socios regionalistas del Consell, que desembocó en la dimisión de María Ángeles Ramón-Llin como consejera de Agricultura para ceder la plaza a Salvador Ortells. Tarancón será el cuarto consejero de Educación del gabinete que preside Zaplana. Fernando Villalonga, el primer responsable del área, fue elevado a secretario de Estado cuando los populares asumieron el Gobierno después de las elecciones de marzo de 1996. Marcela Miró, su heredera, ocupó el cargo durante menos de un año hasta que fue trasladada a Bienestar Social, que se desgajó de Trabajo y Asuntos Sociales, controlada por José Sanmartín. Camps estaba a punto de cumplir dos años al frente de la consejería, todo un mérito después de las breves estancias de sus predecesores. Zaplana, en una brevísima comparecencia ante los medios, destacó la capacidad de diálogo del nuevo consejero: "Si hay un hombre que ha concitado el consenso en la cuestión lingüística es Manolo Tarancón". El presidente de la Diputación estaba destinado a ocupar la presidencia de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Las negociaciones entre populares y socialistas, empantanadas, apenas habían logrado llegar a un acuerdo sobre la persona del futuro presidente de la AVL. Su nombramiento siembra nueva incertidumbre sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo sobre la persona que debe presidir la nueva institución. Pero fuentes de la Generalitat invocaban la posibilidad de un pacto de Estado en la materia que permitiera salvar el difícil acuerdo consensuado en el seno del Consell Valencià de Cultura y que dotara de contenido la ley de creación de la AVL pactada por populares y socialistas. El nombramiento de Tarancón tiene vocación de continuidad. El nuevo responsable de Educación y Cultura, que nunca ha ocultado su interés por el cargo, mantendrá al actual equipo de la consejería. Al margen de la cuestión lingüística, Tarancón afronta, en el plano cultural, la posibilidad de satisfacer su afición bibliófila a finales de primavera inaugurando las instalaciones de la Biblioteca Valenciana en el Monasterio de San Miquel dels Reis, si se cumplen los plazos previstos. Aproximadamente para las mismas fechas está programada la apertura del Museo Valenciano de la Ilustración, un proyecto que ha auspiciado personalmente Tarancón desde la presidencia de la Diputación. El nuevo consejero de Cultura también tendrá que lidiar con el informe técnico de la dirección general de Patrimonio que justifique la modificación de la declaración de Bien de Interés Cultural del barrio de El Cabanyal para poder ejecutar los planes urbanísticos de prolongar la avenida de Blasco Ibáñez. Con todo, es el plano educativo el que impondrá el ritmo a esta consejería en los cinco meses de esta legislatura que le quedan por delante. El responsable de Educación tiene que abordar desde ahora el diseño del modelo global de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), ya que en septiembre se generaliza el 4º curso y hasta el momento el 70% del primer ciclo de la Secundaria sigue escolarizado en colegios de Primaria. Al profundo retraso en la implantación de la LOGSE que vive la Comunidad Valenciana se suma en estos momentos el malestar de los más de 20.000 docentes del sistema educativo valenciano ante la aplazada -y nunca abordada- revisión del modelo retributivo para actualizarlo al nivel del resto de comunidades autónomas. En el plano de la enseñanza superior universitaria, Tarancón se encuentra, si lo sabe aprovechar, con un acuerdo inédito hasta ahora en territorio valenciano de las cuatro universidades públicas, sobre la revisión del plan de financiación corriente de las universidades. Los cuatro rectores acaban de ultimar un documento marco, asumible por parte de la Administración, donde se fijan las bases para un incremento sustancial, pero progresivo del gasto público universitario. El relevo en la presidencia de la Diputación responderá al esquema ordinario y recaerá en José Díez, actual vicepresidente, que apenas comentó: "Espero no meter mucho la pata". También debe producirse un relevo en el Ayuntamiento de Valencia, donde Tarancón es concejal. El puesto corresponde a Ramón Isidro, actual jefe de gabinete de Camps en Educación.

Tarancón asume la Consejería de Educación que Camps deja por una Secretaría de Estado

Ángel Acebes, nuevo ministro de Administraciones Públicas, comunicó a Zaplana el pasado martes su intención de contar con Camps como secretario de Estado. Acebes y Camps se conocieron cuando el primero era alcalde de Ávila y el segundo teniente de alcalde de Valencia. Trabaron una buena relación personal que se consolidó cuando Camps accedió al Congreso de los Diputados y asumió la portavocía del área de infraestructuras. Acebes era entonces secretario del Grupo Parlamentario Popular. Camps y Zaplana coincidieron el martes por la noche en Elche y acordaron que la consejería debería quedar en manos de una persona de reconocido prestigio y con el adecuado peso político. El área de Educación y Cultura maneja una tercera parte del presupuesto de la Generalitat. Tarancón, de 45 años, procede de la Unión de Centro Democrático y ocupó la Consejería de Agricultura cuando Enrique Monsonís fue presidente del ente preautonómico. El naufragio de UCD le llevó a abandonar temporalmente la primera línea de la actividad política y trabajó como periodista. Recuperó presencia en el refundado PP. Fue vicepresidente del consejo de administración de RTVV y en 1991 se convirtió en teniente de alcalde de Valencia cuando Rita Barberá accedió a la alcaldía. Zaplana se mostró muy satisfecho con el nombramiento de Camps como responsable gubernamental de las relaciones con las comunidades autonómas. El presidente calificó el puesto como "capital" y destacó que Camps será responsable de negociar los traspasos pendientes de la Administración central y, sobre todo, participará en la distribución del IRPF y en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que establece la distribución territorial de fondos estatales. Camps se convierte además, en uno de los primeros peones que Zaplana logra colocar en el Gobierno. El presidente gana presencia en Madrid, que puede ser reforzada con nuevos cargos orgánicos si se acuerda en el inminente congreso nacional del PP, en el que presentará la ponencia sobre La España de las oportunidades. PASA A LA PÁGINA 3

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