Javier Álvarez se pasa al pop con un disco de temas provocadores
El álbum 'Tres' sale con tres meses de retraso
Hace tres meses se anunciaba la inminente salida del tercer disco de Javier Álvarez. Se empezaba ya a hablar del polémico tema Padre, y el estribillo aquel de "soy pajillero, maricón y drogadicto". Pero el álbum no salió por problemas con los derechos de una canción que se "citaba" en uno de los temas. El lunes 23 sale por fin a la venta, Tres, "intacto" respecto a la versión anterior. En este álbum el cantautor se pasa al pop. "Es mi disco más libre", sostiene él.
El retraso hacía pensar que los problemas de derechos habían llevado al cantante a modificar algunos de los temas, pero él afirma que no es así. "Puse como condición que el disco saliera intacto, sin ninguna variación. Yo soy muy cabezota". El conflicto surgió por los 22 segundos de una versión que hizo Mungo Jerry de In the summertime, usada en la canción Padre. "Una vez que el disco esté en las tiendas y la gente lo descubra, seguiré hablando del asunto", advierte Álvarez algo enfadado.El tono general del disco es bastante provocador. Como si Álvarez quisiera poner a prueba la tolerancia de los más conservadores. "Yo huyo de la provocación, pero parece mentira que a las puertas del siglo XXI haya gente que se escandalice de la gran broma surrealista que es este disco. Yo me lo tomo todo como un juego del lenguaje, pero hay gente que le toca alguna fibra y se siente provocada".
"Este disco tiene mucho de irónico, de mordaz y, según me dicen, de cínico. Pero es sólo un contínuo juego de palabras", dice. "Es el disco que más me ha costado, sobre todo el texto. Con algunas letras he tardado meses. Yo quería que fuera un disco muy abierto, en el que pasan miles de cosas, pero expresarlo de una manera muy sutil".
Sexo, drogas y diversión
El mensaje que se cuela detrás de estas letras, que hablan de sexo y de drogas, de diversión, situaciones improbables y ambigüedades diversas, es el de una apertura total hacia lo que es cada persona. Tolerancia sin límites ni hipocresía. "Es un disco en el que no hay ningún ataque ni a la industria ni a ningún tipo de persona, como algunos piensan. Entre otras cosas, porque he dejado de preocuparme de esas cosas. Creo en la libertad de expresión, aunque haya censura. Este disco es la manifestación total de mi libertad. Si quieres sumarte al carro, bienvenido seas. Si no, bienvenido seas también".Parece que hubiera tres Javieres Álvarez distintos en cada uno de sus discos. El primero fue el descubrimiento; el segundo lo mostraba algo más inseguro y abrumado por el éxito, y el tercero es mucho más abierto y desenfadado. "Apenas me dieron la primera copia de Tres fui a casa y me puse, uno tras otro, los tres discos. Y respiré cuando me di cuenta de que eran como tres fotografías mías del 94, el 96 y el 98. Hay bastantes cambios entre ellos, pero también hay una continuidad".
"Es cierto que ahora estoy más suelto que nunca", confiesa. "Es una paradoja, pero un desequilibrio vital me ha causado estar ahora más equilibrado. El desasosiego me ha dado una calma y una tranquilidad que no tenía antes".
Tres es un disco muy libre, no sólo por la actitud y las letras de Javier Álvarez, sino también musicalmente. "Es muy ecléctico y yo mismo no sabría dónde ponerlo ni cómo clasificarlo. Y es porque yo soy así también. Yo mamo de todo. Soy un mamón, un pinche voyeur y un melómano. Aparte de sentirme muy bien en este momento, he tenido una vuelta a la fiebre musical".
Producto de esa voracidad musical son sus referencias Abba, Mecano o Michael Jackson. "El espíritu del disco es de muy buen rollo, en el que los homenajes son casuales, surgidos de lo que sucedía en el estudio. Es una mezcla de cosas, un puzzle".
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