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Navarra conmemora durante todo el año el tercer centenario del nacimiento del músico Juan Francés de Iribarren

Juan Francés de Iribarren fue uno de los más notables músicos españoles del siglo XVIII y su vasta obra, compuesta para distintas instituciones religiosas repartidas por todo el territorio nacional, abarca una veintena de misas, así como múltiples misereres, lamentaciones, secuencias, juegos de vísperas, juegos de completas y 117 motetes, entre otras piezas. El Gobierno navarro ha organizado un amplio repertorio de actos, que se prolongarán durante todo este año, para recordar el tercer centenario del nacimiento del compositor, natural de Sangüesa. La interpretación de conciertos con sus obras, la edición de un libro sobre su vida y sus trabajos y la grabación de un disco compacto, así como diversas conferencias sobre la figura del músico, serán los jalones de la efeméride. En concreto, la coral Nora de Sangüesa ofrecerá conciertos con la música de Iribarren en la catedral de Málaga, ciudad en la que murió el compositor navarro en septiembre de 1767. También se celebrarán conciertos en Rentería, Pamplona, Leyre y en la localidad natal del autor. Será en el mes de marzo cuando se presentará el libro Genealogía y limpieza de sangre de Juan Francés de Iribarren y ese mismo mes se grabará un disco con la música del autor. Iribarren ocupaba ya a los 18 años el puesto de organista de la catedral de Salamanca, donde fue nombrado después maestro de capilla. Más de cien villancicos El obispo de Valladolid y el Cabildo de Málaga se disputaron sus servicios, que fueron a parar finalmente a la ciudad andaluza. La producción musical de Juan Francés de Iribarren abarca obras compuestas entre los años 1729 y 1765. Incluye también más de cien villancicos de Navidad con letras de José Guerra, poeta de la capilla del Rey y 40 cantatas, así como obras litúrgicas en latín compuestas para la catedral de Las Palmas de Gran Canaria, la catedral de Guatemala, el monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe y la Colegiata de Guadix. Sus piezas son, en su mayor parte, trabajos musicales para pocas voces, que llegan hasta un máximo de ocho, en las que participan instrumentos como violines, oboes, flautas, bajones o clarines.

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