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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Casco Viejo de Alcobendas

Soy vecino de Alcobendas y llevo viviendo prácticamente toda mi vida en la calle de Santiago Apóstol, que es una de las perpendiculares a Marquesa Viuda de Aldama. El motivo de mi carta es para expresar mi opinión sobre las recientes obras que está sufriendo y padeciendo el centro urbano o casco viejo de la ciudad. Bien es cierto que todos tenemos días malos, depresiones, estrés, y creo que todo esto sumado es lo que padeció el concejal de Urbanismo, y a su vez el alcalde, cuando decidieron aprobar el proyecto de la remodelación del citado casco viejo.Está claro que los únicos beneficiados con este proyecto son el citado concejal y el citado alcalde, ya que los vecinos y el comercio de la zona somos los realmente perjudicados. Llegar a la zona centro desde las famosas rotondas de Pryca (otra medalla para el concejal por su inutilidad), resulta cada vez más complicado, ya que tenemos curvas más cerradas, alcantarillas mal igualadas con respecto al asfalto y una vía mucho más estrecha. Una vez que hemos conseguido llegar a la calle de la Marquesa Viuda de Aldama desde su entrada por la avenida de España, rezamos para que no esté atascada por algún camión, autobús, etcétera.

Quiero recordar que esta calle es una de las arterias de la ciudad que más comercio tienen, ya que dispone de un mercado, supermercados, pequeño comercio..., que, lógicamente, necesitan proveerse de sus productos.

Antes, bien para unos y mal para otros, se podía aparcar en segunda fila, con el sabido riesgo, pero sin entorpecer a nadie. Ahora esto resulta imposible.

Otro aspecto a destacar es el de aparcar nuestro vehículo sobre unos fabulosos adoquines rojos. Muchos coches comienzan a manchar, ya que pierden aceite con el paso del tiempo. Esto, sobre el asfalto negro, se disimula un poco más, pero sobre el rojo... Una vez que conseguimos aparcar y atascar la calle en función de nuestra pericia, llega el momento de que baje nuestro acompañante de la derecha. Si éste es delgadito y contorsionista, es posible que pueda salir del coche con cierta facilidad; eso sí, arañando la puerta contra la valla metálica. Pero ¿qué pasa si es una persona mayor o una persona incapacitada? Solucionado este problema, nuestro amigo delgadito y contorsionista llega a la acera pegando un saltito, ya que no existen muchos escalones, y con el consiguiente riesgo de torcedura de tobillo, pero ¿qué vuelve a pasar con una persona mayor o incapacitada? Resulta que está atrapada y sin salida. (Nueva medalla para nuestro concejal).

Nuestro concejal puede pensar que estamos exagerando, ya que con un poco de maña salimos del paso. Vale, hasta aquí de acuerdo. Debo pensar que las presuntas comisiones son tan grandes que la comodidad y bienestar de nuestros mayores no tienen ninguna importancia.

Pero aquí no termina todo.

Supongamos que, aunque nadie lo desea, es una realidad y una persona necesita ayuda urgente del servicio de Protección Civil, Samur, bomberos, etcétera. ¿qué tenemos que hacer? Pues seguir rezando para que el autobús no atasque una calle estrecha de un solo carril, que la posible persona que esté aparcando su coche sea hábil y lo haga con rapidez y que estos servicios recuerden que la señalización de las calles ha cambiado y que tendrán que callejear, tanto para entrar como para salir.

Antes, salir de Alcobendas hacia la N-1 era relativamente sencillo. Ahora, entrar al casco viejo y salir de Alcobendas resulta un verdadero calvario.

Sólo espero que alguna vez, si resulta que vuelven a ganar las municipales, se replanteen nuevamente el casco viejo, ya que actualmente es la zona más incómoda de nuestra ciudad.-

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