Milosevic desafía a la comunidad internacional con la expulsión del jefe de los observadores
Belgrado dio ayer 48 horas al jefe de la misión de la OSCE en la provincia serbia de Kosovo, el estadounidense William Walker, para que abandonara el país a la vez que le declaraba persona non grata. Este diplomático culpó directamente a las fuerzas de seguridad serbias de la matanza de 45 albanokosovares descubierta el pasado sábado en Racak, aldea del sur de Kosovo. Tan sólo unas horas antes, las autoridades yugoslavas impedían a la fiscal general del Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia, Louise Arbour, entrar en Kosovo desde la vecina Macedonia para investigar esos asesinatos.
"Creo que sus objeciones se deben a lo que yo y otras cincuenta o sesenta personas vimos, y que yo denuncié, y es que en Racak ocurrió una matanza", dijo Walker a la radio independiente de Belgrado B-92. El jefe de los verificadores expresó su indignación por no haber sido informado oficialmente de que tenía que abandonar el país en 48 horas. "Si al menos hubieran sido tan decentes de comunicármelo en persona", añadió.El Gobierno de Belgrado manifestó ayer a través de un comunicado oficial que había llegado a la decisión de expulsar a Walker tras revisar sus actividades en la conflictiva provincia serbia de mayoría albanesa de Kosovo. Encargado de verificar el alto el fuego alcanzado el pasado octubre, Walker está al frente de los cerca de 800 verificadores desarmados de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) desplegados en Kosovo.
Tanto la OTAN como Estados Unidos calificaron la expulsión de Walker de "inaceptable", aunque la Alianza Atlántica mantiene de momento la anunciada visita de su cúpula militar hoy a Belgrado. También el Consejo de Seguridad de la ONU instó ayer a las autoridades serbias a reconsiderar sus decisión y "condenó enérgicamente" los asesinatos de Racak.
Por la mañana, en el paso fronterizo de Djeneral Jankovic, las autoridades yugoslavas impidieron el paso a la fiscal general del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la antigua Yugoslavia, Louise Arbour, cuya misión es investigar la matanza descubierta el sábado en Racak. Entre los cadáveres, muchos de ellos con disparos en la cabeza o en la nuca, había tres mujeres y un niño, supuestamente asesinados por la policía serbia en una operación de captura de los rebeldes responsables del asesinato de cinco policías serbios hace más de una semana.
La excusa dada ayer por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Belgrado para impedirle el paso fue que no había solicitado el visado requerido para entrar en territorio de la República Federal de Yugoslavia. "No pienso solicitar visado para entrar en Kosovo. El cargo de fiscal general del tribunal de crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia garantiza el ingreso en todos los países de esa región", insistió esta canadiense de 51 años de edad. Las autoridades serbias insisten en que el TPI, con sede en La Haya, no es competente para investigar los sucesos de Kosovo ya que lo que sucede en esa región es la lucha del Estado contra el terrorismo del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).
"No estará claro quién es criminalmente responsable de la masacre perpetrada en Racak hasta que mi investigación esté acabada y hasta que se garantice el acceso a mis investigadores", manifestó Arbour. "Sin embargo, lo que sí está muy claro es quién nos está impidiendo el paso para no dejarnos averiguar la verdad", puntualizó.
Mientras Arbour hacía estas declaraciones, las fuerzas de seguridad yugoslavas enviaban refuerzos militares a las colinas alrededor de Racak. Un importante dispositivo de seguridad tomaba posiciones desde primeras horas de la mañana de ayer en esa aldea, según informaron testigos presenciales. Un tanque del Ejército, un cañón antiaéreo montado sobre un camión y varios vehículos blindados de la policía se situaron en Slivovo, a cinco kilómetros al este de Racak.
Un equipo de investigadores yugoslavos se llevó ayer 40 de los cadáveres de los civiles asesinados el viernes y que reposaban en la mezquita de Racak , hasta el hospital central de Pristina, informó el portavoz de la misión de la OSCE en esa ciudad, Sandy Blyth. Aunque se podían oir intercambios de disparos de armas automáticas y pesadas entre las fuerzas policiales serbias y el ELK, la situación era ayer de relativa calma en Racak.
En Sipolje, al norte de Kosovo, cinco policías serbios resultaron heridos ayer a causa de un proyectil lanzado contra el vehículo en que se desplazaban, según informaron medios serbios en Kosovo.
Moscú, que hasta el momento se había opuesto a cualquier sanción contra Belgrado por su actitud en la crisis de Kosovo, reclamó ayer a las autoridades yugoslavas que abran "inmediatamente" una investigación sobre la matanza.
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