Un príncipe entre eurócratas
Don Felipe de Borbón inicia el lunes en Bruselas cinco semanas de inmersión en los entresijos de la Unión Europea
El Príncipe de Asturias se dispone a conocer al detalle los entresijos de la Unión Europea. Don Felipe de Borbón iniciará el próximo lunes, en Bruselas, cinco intensas semanas de "estancia de trabajo", como ha querido denominarlas La Zarzuela, durante las que tendrá la oportunidad de conocer el sistema de trabajo de todas las instituciones europeas. Una inmersión en la cultura comunitaria que le llevará a Bruselas, Luxemburgo, Estrasburgo y Francfort. Con esta visita el heredero de la Corona española tendrá ocasión de europeizar una formación que algunos consideraban demasiado americanizada desde que cursó estudios en la universidad de Georgetown, en Washington. Al Príncipe le esperan entre 100 y 120 entrevistas personales, arduas sesiones de trabajo de la mano de los funcionarios de la Representación Permanente (Reper) de España ante la Unión Europea y estancias en todas las instituciones. El embajador Javier Elorza, temido entre sus colegas por su tenacidad y su endiablado carácter, se ha reservado para sí el primer plato, seguramente uno de los más indigestos: saber a fondo cómo se negocia en la Unión. Don Felipe quizá tenga ocasión de entender el sentido de jergas tan usuales, pero poco finas, como: "Y me fumo un puro con el finlandés", "le meto un 130", "eso no vuela" o "silencio en la Maestranza". "No se trata de remontarse a la época de los romanos, porque el Príncipe ya conoce muy bien la Unión Europea. Queremos que conozca al detalle cómo están las cosas ahora", explicó ayer Elorza. "Hemos elegido este momento porque al principio de cada presidencia hay menos trabajo, pero hemos tenido la suerte de que se produzca en un momento de cierta tensión en la Unión", añadió. Don Felipe no será el primer príncipe que pasa por Bruselas, pero sí el único que tendrá una estancia tan global y pormenorizada. En la capital comunitaria aún se recuerda la del heredero de Hassán II, el rey de Marruecos, que pasó una temporada en el gabinete del entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. El jefe de gabinete de Delors sorprendió al guardaespaldas del Príncipe degustando un sabroso bocadillo con el pistolón encima de la mesa. El funcionario le comunicó educadamente que "no es costumbre aquí hacer esas cosas" y el policía, sin inmutarse, guardó el bocadillo en un cajón, pero mantuvo el arma encima de la mesa. La Casa Real no ha desvelado dónde se alojará el príncipe Felipe ni el detalle de su calendario por motivos de seguridad. La estancia ha sido dividida en cinco semanas de trabajo, aunque entre medias se interrumpirá durante unos días para que pueda asistir en Caracas a la toma de posesión del nuevo presidente de Venezuela, Hugo Chávez. La primera semana la pasará don Felipe en la Reper española, en la que dispondrá de un pequeño despacho. Los funcionarios españoles le explicarán todos los temas de candente actualidad en la Unión Europea. Desde las discusiones de la Agenda 2000, que ahora mismo enfrentan a todos los socios por la futura financiación comunitaria, hasta la ampliación a los países del Este de Europa, las relaciones exteriores de la UE, la política mediterránea, las aportaciones españolas a los tratados de Maastricht y de Amsterdam, la política de ayudas públicas, la unión monetaria, la reforma institucional pendiente, la incorporación al mercado interior de las telecomunicaciones, la energía, los servicios financieros o el comercio electrónico, la ayuda humanitaria, etcétera. En la segunda semana, don Felipe asistirá como único representante español al tradicional briefing de inicio de cada presidencia junto al presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, y el del Consejo Europeo, que en este semestre es el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joshka Fischer. Será la semana dedicada al Consejo de Ministros. En ella podrá apreciar en vivo las a veces amargas discusiones entre los socios. La tercera estará dedicada al Parlamento Europeo y se desarrollará en Estrasburgo coincidiendo con el pleno de febrero. Una buena ocasión de observar de cerca los últimos coletazos de la profunda crisis institucional vivida esta semana por la Unión. En la cuarta el Príncipe se adentrará en los entresijos burocráticos de la Comisión Europea. Asistirá a la reunión semanal del Colegio de Comisarios, pero también a los decisivos encuentros preparatorios de los jefes de Gabinete y, sobre todo, "conocerá de cerca el sistema de toma de decisiones de la Comisión". La inmersión europea se cerrará en la semana del 22 al 26 de febrero, durante la cual don Felipe conocerá las instituciones y los organismos con sede en Luxemburgo (Tribunal de Justicia, Tribunal de Cuentas, Banco Europeo de Inversiones) y en Francfort (Banco Central Europeo).
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