_
_
_
_

Los comerciales de Cupido

Tereixa Constenla

A la capital andaluza le van los fastos nupciales por negocio y vocación, que no siempre están a la gresca. Prueba de ello ha sido la consolidación de Sevilla de Boda, una feria especializada en casorios, que ayer estrenó su cuarta edición en el Palacio de Congresos y Exposiciones. En unos 7.200 metros cuadrados puede encontrarse el surtido más completo para casarse, a excepción del cónyuge apropiado. Por lo demás, este gran rastro ofrece lo inimaginable como los servicios de una empresa, que vende paquetes integrales. A saber: gestionan la compra o alquiler del "nidito de amor", el convite nupcial, la lista de bodas, las invitaciones, los servicios de peluquería, las noches de hotel, la selección de música, los reportajes gráficos o la compra de electrodomésticos. Preparan desde una despedida de soltera con boys hasta la compra del traje de novia si la interesada carece de tiempo, sin olvidar clases de inicio al "primer baile" o lecciones de "saber estar". Un asunto pelín peliagudo, el de las bodas. Hay quien, como Beatriz Tavara, lo magnifica como "uno de los días más importantes". Aunque la responsable del puesto de alquiler de coches de lujo, no olvida la vertiente comercial: "Es un momento en el que todo el mundo tira la casa por la ventana". De hecho, las limusinas de mayor poderío (a 35.000 pesetas el arrendamiento durante tres horas) que oferta su empresa están notablemente solicitadas, y no sólo por parejas adineradas. Los curiosos preguntan por el uniforme del chófer como un detalle de vital importancia. Una limusina sin conductor uniformado como el de los bombones publicitarios debe ser algo así como una boda sin vídeo. Porque la imagen imperecedera constituye otra de las columnas vertebrales de una boda tradicional, junto a la pitanza masiva. En la feria abundan las propuestas gastronómicas y los estudios fotográficos, junto a los inevitables negocios textiles. Los estudios fotográficos son inconfundibles. Un televisor que exhibe enlaces sin descanso y una colección de estampas de seres arrebolados delata el carácter del negocio. Algunos ofertan vídeos como si estuviesen filmados por Buñuel: "Le grabamos una semana antes un paseo, donde pueden tirar una moneda a un pozo en el que aparece reflejada la boda. Queda muy bien". El piso, captado a perpetuidad "detallito por detallito"; el ceremonial de las vestimentas; la boda propiamente y el final, abierto. Se puede elegir entre un tradicional brindis en el salón, o algo más atrevido en el dormitorio. Todo por 50.000 pesetas. Los profesionales de la cámara también tienen sus quejas. Julio Figueroa, que ha heredado el negocio y la afición de su padre, admite que resulta más difícil bregar con los hombres: "Son más reacios a las poses y a dejarse llevar por el fotógrafo". De algunas mujeres critica sus ínfulas: "Cuanto mayor es el standing social o el deseo de aparentarlo, suelen hacerse más místicas". Desdeñan, por ejemplo, decorados que consideran vulgares como la Plaza de España. En sus años de servicio, Figueroa ha asistido a decenas de anécdotas. La más pintoresca fue protagonizada por una pareja, recién bendecida por el párroco de San Antonio de Padua. Ya el encargo, vía telefónica, había extrañado al fotógrafo, cuyo asombro se disparó el día de la ceremonia, cuando el novio abandonó furibundo el altar en plena sesión. La novia ni se inmutó. Hay bodas para todos los gustos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_