Villapalos cierra el plan de mejora escolar con 26.000 pesetas de subida al profesorado

El anhelado plan para la mejora de la escuela madrileña ve, al fin, la luz. Después de casi un año de negociaciones, anuncios en falso, amores y odios entre el Gobierno regional y las centrales sindicales, el consejero de Educación y Cultura, Gustavo Villapalos, reunió ayer a todas las partes para comunicarles que había acuerdo sobre el contenido de esos famosos 131.000 millones adicionales que Madrid invertirá en su enseñanza no universitaria a lo largo de los próximos cinco años. El proyecto incluye una subida de 26.000 pesetas al mes, en tres años, para los profesores.

Tras el paréntesis navideño, la actividad en la Consejería de Educación era ayer frenética para que el pacto por la escuela se convierta en realidad inmediata. Villapalos convocó, en sesiones de mañana y tarde, a todas las partes implicadas (UGT, Comisiones Obreras, sindicatos sectoriales, patronal, federación de padres de alumnos) para comunicarles que ninguna de sus alegaciones contravenía el "espíritu" del acuerdo. Así las cosas, el consejero se mostró convencido de que la redacción definitiva del documento estará finiquitada, hasta la última coma, el viernes 15. El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, podría firmar el pacto la semana que viene: muy probablemente el martes, salvo que surgiera a última hora algún problema de agenda.

El plan de financiación adicional de la enseñanza madrileña no universitaria seguirá casi al dedillo el documento en el que trabajaron durante todo el verano pasado el Ejecutivo autónomo y las secciones educativas de CC OO y UGT. Aquel preacuerdo, cifrado en 118.000 millones, fue negado a principios de septiembre por el Gobierno regional, lo que propició que los secretarios generales de ambos sindicatos tildaran de "embustero" a Ruiz-Gallardón y que éste rompiera relaciones en todas las mesas abiertas de negociación. Tres meses han sido suficientes para que cicatrizara la herida y el presidente regional, José Ricardo Martínez (UGT) y Rodolfo Benito (CC OO) puedan estrechar sus manos ante los fotógrafos. Será la última foto antes de las elecciones, según explicaron ayer fuentes sindicales.

Para evitar suspicacias, el pacto se escenificará en dos actos. Por un lado, el presidente y los líderes sindicales; por otro, el refrendo de la comunidad educativa: el consejero Villapalos, la patronal, la Federación de Religiosos de la Enseñanza, los sindicatos ANPE, STEM y CSIF y la federación de asociaciones de padres de alumnos Giner de los Ríos. Formalismos al margen, esos 131.000 millones que Ruiz-Gallardón anunció ya no son sólo retórica, sino que aparecen desglosados al detalle.

Modelo cántabro

¿Qué ha cambiado desde aquellos 118.000 millones de pesetas del verano y los 131.000 millones del documento final? Fundamentalmente, que los 40.000 profesores madrileños se aseguran una mejora salarial que en los últimos meses se había tambaleado. Para ello, CC OO y UGT han esgrimido en la negociación que la equiparación retributiva con las comunidades autónomas ya emancipadas del Ministerio de Educación no podía ser inferior, en ningún caso, al acuerdo alcanzado entre las centrales y el Gobierno cántabro el 4 de diciembre.Ese pacto consiste en 26.000 pesetas de subida mensual, tanto para los maestros de primaria como para los profesores de institutos, que se materializarán a lo largo de los próximos tres años. La mejora se distribuirá así: a partir de la asunción formal de las competencias educativas (probablemente, en marzo), se agregarán 13.000 pesetas a las nóminas de los 39.000 profesores públicos madrileños; durante el año 2000 la mejora ascenderá al 75% (19.500 pesetas), y a partir del 2001 los docentes cobrarán, por fin, esas 26.000 pesetas adicionales, lo que les colocará a la altura, por ejemplo, de sus homólogos catalanes.

Los demás puntos del acuerdo (véase gráfico) incluyen las mejoras ya previstas en aquella negociación frustrada de la primavera y verano de 1998: un plan de compensación de desigualdades, enérgicas mejoras en los equipamientos escolares, cobertura total de la educación infantil entre los tres y los seis años, formación del profesorado o ampliación de los servicios de comedor y transporte. Dentro de la lucha contra las desigualdades, la consejería sopesaba ayer la inclusión de una alegación de la federación Giner de los Ríos para la gratuidad de los libros de texto. El PP madrileño no reconocerá esta demanda como un derecho, pero sí suministrará libros en los centros de los barrios más humildes. Así, los colegios repartirán esos libros entre los alumnos más necesitados, con la intención de volver a utilizarlos en años sucesivos.