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Paralizado ocho meses más el trasvase Picadas-Toledo por dos águilas

Vicente G. Olaya

El abastecimiento de agua de unos 300.000 toledanos depende de que una pareja de águilas imperiales tenga o no descendencia. El Ministerio de Medio Ambiente ha ordenado paralizar ocho meses más de las obras del trasvase que llevará el agua desde el embalse madrileño de Picadas a Toledo. Del 1 de enero al 31 de agosto, las máquinas deberán estar quietas. El fin de esta orden es permitir que una pareja de águilas imperiales, especie en peligro de extinción, y que habita en el trazado de las obras, pueda aparearse sin ser molestada. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José Antonio Llanos, afirmó ayer de forma lacónica: "Me han dicho que si la pareja se aparea, pero no tiene descendencia, podremos retomar las obras antes de agosto. En cambio, si son padres, habrá que detenerlas hasta septiembre. No puedo hacer otra cosa".Las obras del trasvase Picadas-Toledo, 22 kilómetros de tuberías, comenzó en 1996 para llevar agua a Toledo y su comarca de la Sagra. Un año antes, el Gobierno central, había declarado las obras de urgencia a causa de la sequía que azotaba España. Pero, en 1996, la Comunidad reclamó que se efectuase un informe de impacto porque la sequía ya había pasado y las obras afectaban a una zona de especial protección para las aves (ZEPA) y a una colonia de murciélagos protegidos. Posteriormente, un juez paralizó durante meses las obras por un supuesto delito ecológico. Sólo hace unas semanas, los trabajos pudieron reanudarse. Y ahora, una pareja de águilas han vuelto a pararlas.PASA A LA PÁGINA 3

Murciélagos de cueva

El PP de Toledo cree "lamentable" el nuevo parón de la obra del trasvase

Pero aquí no acaban los problemas del trasvase. En invierno tampoco se podrá trabajar. La orden ministerial que establece las medidas correctoras que deben regir las obras recoge también que la tubería no se podrá trazar "fuera de los periodos de reproducción e hibernación" de los murciélagos grandes de herradura y de cueva -especies protegidas- y que habitan en un viejo túnel que debe atravesar la tubería. "Yo creo que con los murciélagos tendremos menos problemas, porque un especialista nos ayudará a no molestarlos", explica sin mucho convencimiento el presidente de la Confederación.Mientras tanto, el Ayuntamiento de Toledo, que espera la llegada del agua desde 1992, se desespera. Su teniente de alcalde, Leandro Esteban, del PP, calificó ayer de "barbaridad" la nueva paralización. "La única solución es que declaren a los toledanos especie en peligro de extinción, a ver si así nos hacen más caso", manifestó enfadado.

"Llevamos años esperando el trasvase. Primero, los murciélagos; luego, los procedimientos judiciales; ahora, las águilas. Esta ciudad ha tenido que dejar secar sus parques en años de sequía, tratar el agua del río Tajo con procedimientos químicos para hacerla potable. No hay derecho. Estamos a favor de proteger la naturaleza, y más el águila, símbolo de esta ciudad, pero primero están los ciudadanos. Sólo pedimos agua para beber", comentó.

Leandro Esteban aseguró que la decisión del Ministerio de Medio Ambiente "es simplemente lamentable". Y concluyó: "La habrá tomado el Gobierno central, pero la lamento. De veras".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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