Siro García advierte sobre la "clarísima tergiversación" de Botín por Castrillo
El presidente del Banco Santander, propietario de Banesto, Emilio Botín, declaró ayer que el banco estaba en quiebra técnica como resultado de un agujero de 630.000 millones de pesetas, situación previa a la compra en subasta por el Santander. La cifra de 630.000 millones, superior en 25.000 millones a los 605.000 millones de la auditoría de Price Waterhouse a 31 de diciembre de 1993, surge de un informe posterior de Arthur Andersen Botín explicó que la personación de Banesto en la querella criminal contra los ex administradores del banco "no pretende justificar la intervención", según pretendía el interrogatorio del letrado Jesús Castrillo, defensor de Rafael Pérez Escolar, quien propuso que Botín declarase como testigo. "El objetivo es que se indemnizara al banco por los daños causados", dijo.
Botín declaró manteniendo la calma durante la hora del interrogatorio de Jesús Castrillo. Con suavidad, firmeza y afán pedagógico explicó al tribunal que la defensa de Pérez Escolar mezclaba cifras y conceptos diferentes.
"El tribunal ve una clarísima tergiversación", dijo el presidente, Siro García.
Preocupado por la contravención de Pérez Escolar al estatuto de Banesto, que prohíbe a los consejeros hacer negocios con el banco al otro lado del mostrador, Castrillo preguntó a Botín si informó a Bankinter por los beneficios que obtuvo hace años en la operación Antibióticos. Botín preguntó al tribunal si debía contestar. "El tribunal tampoco ve la relación, puede usted hacer lo que quiera, pero si no contesta obligará al tribunal a pronunciarse". Botín dijo: "Sí informé a Bankinter y no tenía necesidad de hacerlo". Siro García advirtió que no se podía "escarbar" en la vida de la gente" como hacía Castrillo.
Botín dijo a preguntas insistentes sobre chantajes y presiones: "A mí directamente no me han hecho chantajes, ni presiones ni amenazas".
Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente segundo y consejero del Santander y de Banesto, narró que Pérez Escolar le visitó para exponerle que Banesto le "acosaba", pero que el nada podía hacer, remitiéndole al banco.
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