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Una lectura muy libre

Unos mil niños pasan diariamente por el Salón del Libro Infantil de la Casa de Vacas del Retiro

El milagro es que todavía queden libros en el Salón del Libro Infantil, que se celebra desde hace más de un mes en la Casa de Vacas del Retiro. Porque los niños, si quieren, pueden comerse los libros. Los 2.000 ejemplares escogidos para la cita están ahí para eso, para que los toquen, los cojan, los chupen, para que se familiaricen con ellos y, sobre todo, para que los lean. "Aquí no hay personal para vigilar a los niños. Se trata de que nada ni nadie les entorpezca en su relación con los libros", proclama María Solé, coordinadora de esta cita, que se celebra en Madrid desde hace 22 años, auspiciada por la Organización Española para el Libro Juvenil e Infantil. La consigna de este salón de lectura, por el que cada día pasan unos mil niños, es el libro en libertad. Por eso tiene poco o nada que ver con las bibliotecas a las que están acostumbrados los escolares: no hay mucho silencio porque algunos lectores recitan en voz alta, lentamente y sílaba a sílaba, el texto que tienen entre manos. Otros yacen boca abajo entusiasmados con un enorme volumen. Hay corros de amigos que practican la lectura colectiva y también niños más formales que se sientan calladitos y quietecitos en una silla.

"Los niños están acostumbrados a ver los libros secuestrados. Siempre hay una persona vigilando las librerías o bibliotecas", comenta Solé. Por ello, una característica importante de este salón es la disposición de los libros: de cara, para que se vean bien las portadas, y no de canto. "Para los niños, ver los libros de frente es un lujo. Siempre ven los lomos, y así es imposible descubrirlos. Aquí les atrae el color", añade Solé. Además se procura que todos estén físicamente al alcance de todas las edades. Los destinados a los más pequeños, por ejemplo, están metidos en cajones a los que es capaz de acceder un pequeño a gatas. Porque incluso hay ejemplares editados para personas que todavía no han cumplido un año. Son de tela o de plástico, aptos para meterlos en la lavadora o en la bañera.

Dicen las personas encargadas de la selección de títulos que los adolescentes se deciden por las historias de terror o de ciencia-ficción. Los que están alrededor de los siete años buscan libros interactivos, en los que el lector tiene que tomar parte en las actividades que propone la lectura. Y los más pequeños siguen fieles a los cuentos tradicionales. Entre los de divulgación siguen en cabeza los que tratan sobre dinosaurios.

El Salón del Libro Infantil también está dirigido a padres y educadores. Entre los 2.000 títulos expuestos se encuentran siempre las novedades del mercado. Antes de las vacaciones navideñas, la asistencia era mayoritariamente de colegios. Ahora, los padres y abuelos han tomado el relevo de los profesores como acompañantes de los pequeños.

Salón del Libro Infantil, en la Casa de Vacas del Retiro (metro Retiro), hasta el domingo 10 de enero. De 11.00 a 20.00. Gratis. De 0 a 14 años.

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