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EL NACIMIENTO DEL EURO

La Bolsa de Londres, la excepción en un día de alzas generalizadas

El euro triunfó ayer en la Bolsa de Londres, dejando a muchos británicos asombrados por la popularidad de la nueva moneda en los mercados financieros y la eficiencia de la City para lidiar con uno de los más complejos problemas de su historia. Tras una eufórica jornada, la libra esterlina perdió peso con el euro y la Bolsa acabó con una merma del 0,05%, castigada por unos inversores que veían dispararse las plazas que forman parte del euro. Pero ayer las presiones contra el euro aumentaron de tono.

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No hubo incidentes y todo salió con puntualidad y esmero. El avance del euro en el mercado de un país que aún no ha decidido su incorporación al nuevo sistema monetario fue sostenido y sin sorpresas. Pegados a sus pantallas, los corredores de la Bolsa de Londres maniobraron con seguridad en la compra-venta de valores a nivel global, dando una demostración de la misma eficiencia que convirtió al mercado local en uno de los principales del mundo. Un sondeo realizado por la agencia Reuters en 24 bancos dedicados a los bonos y valores horas después de la entrada en vigor del euro reveló que el aterrizaje del euro en el escenario financiero internacional fue suave, preciso y hasta placentero.

No, por cierto, para algunos sectores políticos opuestos al proyecto económico más ambicioso de la era. Haciéndose eco del sentimiento de un buen porcentaje de británicos, el tabloide The Sun, el de mayor circulación en el Reino Unido, con más de cuatro millones de ejemplares por día, dijo que nueve de cada diez británicos se oponen a la idea de abandonar la libra esterlina y abrazar el euro. La consulta, dijo el diario sensacionalista, arroja un resultado que es una advertencia al Gobierno laborista de Tony Blair: el pueblo británico no será "empujado" hacia la adopción del euro.

La encuesta también indica que el 94% de los británicos está convencido de que Blair, a pesar de su política de "esperar y ver" si el euro funciona, ya está decididamente comprometido con el proyecto de unificación monetaria.

El primer ministro, Tony Blair, estima que el éxito del euro va en beneficio del interés nacional y que una moneda europea fuerte puede conllevar ventajas económicas para su país. En un artículo de opinión que publicó ayer el diario Wall Street Journal, Blair expone brevemente las razones que llevaron al reino Unido a no adoptar la moneda única europea, entre ellos, los elevados tipos de interés existentes en su país.

Además, señala que su país necesita "un periodo de convergencia sostenida" antes de tomar una decisión respecto a su futura adhesión, pero estima que "no hay barreras constitucionales para que el Reino Unido se sume a la moneda única".

El veredicto coincidió con una estruendosa declaración realizada por lord Owen, el ministro de Exteriores del anterior Gobierno conservador, que se ha embarcado en la mayor empresa de su amplia carrera política: oponerse a toda costa a la defunción de la libra esterlina. "El pueblo no es estúpido. Sabe cuándo se le está tratando de vender gato por liebre", dijo.

Emociones políticas aparte, lo que el nacimiento del euro produjo en la calle era una buena dosis de confusión. Tres negocios consultados al azar, incluyendo uno de los grandes almacenes, titubearon prolongadamente cuando se les preguntó si aceptaban travellers cheques en euros. Pero para los exportadores británicos, afectados recientemente por la solidez de la libra, el vigoroso advenimiento del euro en la Bolsa de Londres cayó como una bendición.

Sin embargo, analistas del mercado dijeron que un euro fuerte podría extender esa sensación de incomodidad e incertidumbre al resto de los mercados dentro de la eurozona.

El primer comportamiento del euro en su primera jornada británica fue el de presionar a las grandes empresas a adquirir acciones y valores cotizados en euros. Nick Parsons, el director de estrategias del banco de inversiones Paribas, dijo que los grandes inversionistas se estaban viendo forzados a comprar valores en euros. "No se trata de que si te gusta o no el euro", declaró a la agencia Reuters. "Los inversionistas simplemente no tienen suficiente liquidez de euros en sus bolsillos y se ven obligados a comprar".

Impacto en los tipos

La fortaleza o debilidad del euro influirá en los tipos de interés del Reino Unido, según reconoció ayer el gobernador del Banco de Inglaterra, Eddie George. "Ciertamente estaremos influidos por lo que ocurra con el euro, pero no creo que sea un cambio fuerte de negro a blanco", dijo George. El gobernador subrayó, sin embargo, que no cambiarán los criterios utilizados en su política monetaria y que la inflación continuará siendo un aspecto clave a tener en cuenta a la hora de modificar los tipos, y aseguró que se producirá una convergencia entre las economías de la UEM y la británica.

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