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EL NACIMIENTO DEL EURO

Washington cree que la moneda europea beneficia a Estados Unidos

El nacimiento del euro resulta fascinante para los estadounidenses, que ven en la nueva moneda una saga de triunfo económico y político más que una amenaza inminente. La postura de la Administración y los agentes financieros viene siendo la de recibir con los brazos abiertos a la nueva moneda, y en las últimas semanas todos los medios de comunicación del país han dedicado un amplísimo espacio a explicar el cómo y porqué de su implantación. La Casa Blanca aseguró ayer, a través de su portavoz, Joe Lockhart, que "Estados Unidos está de acuerdo con una Europa integrada y apoya cualquier avance en ese sentido". "Cualquier iniciativa que apoye el crecimiento es buena para la economía estadounidense", añadió, en referencia a la posibilidad de que la nueva moneda europea desplace al dólar como moneda de referencia. También el secretario del Tesoro, Robert Rubin, afirmó que "lo que es bueno para Europa es bueno para EE UU", la frase que parece haberse convertido en el lema oficial de la Administración de Clinton. "El euro subraya la importancia de que nos concentremos en nuestra propia política y en hacer que Estados Unidos sea un lugar en el que las personas quieran invertir su capital", afirmó Rubin, que fue uno de los más prestigiosos analistas en Wall Street antes de acceder al cargo que ahora ocupa.

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Rubin intentó ayer contrarrestar la euforia que se está viviendo en Europa diciendo que el euro "será una moneda como cualquier otra" y quitó importancia al hecho de que la divisa europea se haya revalorizado frente al dólar. "No dudo de que los mercados fluctuarán como siempre lo hacen", dijo.

Síntoma de bonanza

En general, el nacimiento del euro se ha explicado en EE UU como un síntoma de bonanza económica internacional. El aspecto que más interesa a los estadounidenses es que en sus futuros viajes a Europa ya no van a tener que cambiar la moneda de un país a otro. Este detalle es el aspecto que más se ha subrayado en los informativos, que han dedicado un espacio insólito al euro considerando el relativo escaso interés que suscitan los temas internacionales en EE UU. Otras de las ideas que se han transmitido es la del éxito de la voluntad política de los países de la UE y el mensaje de que los ciudadanos europeos no muestran, por lo general, demasiado interés o preocupación ante un cambio tan radical.

El debate entre los expertos está en si el euro tardará más o menos tiempo en estabilizarse y adquirir prestigio como moneda de referencia. Para el director del Instituto de Economía Internacional, C.Fred Bergsten, "si EEUU y Europa pueden replicar los logros de Europa en integración económica y cooperación política, las relaciones transatlánticas podrían ser la gran historia de éxito mundial de los próximos años."

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