Londres recibe la moneda única como una prueba para la solidez de la libra
Operadores de inversiones e informáticos del Reino Unido han trabajado contrarreloj para recibir al euro en la City londinense, cuyo mercado de divisas concentra un tercio de las operaciones mundiales y unas seis veces más movimientos que Francfort, sede del Banco Central Europeo. Cuando hoy abran los mercados, banqueros y analistas clavarán su mirada en la libra, ya que el estreno del euro constituirá un examen de la estabilidad y solidez de la economía británica, ajena por voluntad propia a la moneda única.
Una expectativa exenta de señales de alarma caracterizaba anoche la actitud de los cerca de 30.000 analistas y técnicos de la Bolsa y las entidades financieras de Londres en vísperas del debú del euro en uno de los principales financieros del mundo que, de momento, se mantiene al mantiene al margen del histórico lanzamiento de la moneda única.La banca británica anunció a media tarde que todo está listo para comenzar a negociar con la moneda única europea tras una intensa semana de preparativos, ajustes y campañas de familiarización con la nueva moneda. Economistas citados por el semanario The Observer pronosticaron una rauda venta de dólares en favor del euro. "Europa ha adquirido una nueva moneda de estatura global, el primer desafío al dólar en más de 50 años", apuntó en su editorial, en el que lamentó que la libra esterlina no esté incluida en el nuevo régimen.
Pero eso, a juicio de varios analistas, es sólo cuestión de tiempo. Según versiones periodísticas, Londres ya ha tomado la decisión de imprimir euros por un valor de 300.000 libras esterlinas. Según la cadena de televisión estatal BBC, el Banco de Inglaterra ha estado ya imprimiendo euros. Y, de hecho, ha recomendado a las entidades financieras que estén muy alerta para evitar costosos errores estratégicos en los próximos días.
Tales señales se han interpretado como un indicador de que el Gobierno laborista de Tony Blair podría estar contemplando acelerar su incorporación al gran proyecto monetario europeo antes de la fecha originalmente prevista para después de un referéndum tras las próximas elecciones generales del año 2002. Sin embargo, la llegada del euro ha reavivado el debate en la arena política británica sobre la conveniencia o no de entrar en la UEM.
La incorporación a la Unión halló ayer un nuevo obstáculo con el anuncio de que el ex ministro de exteriores Lord David Owen encabeza un movimiento de oposición a la adopción británica del euro. Owen, un entusiasta del ideal europeo, pero tenaz crítico de la unificación monetaria, negó que ese movimiento vaya a convertirse en un estridente grupo de presión. "Lo único que, estoy tratando de hacer es reunir a un grupo de gente para examine objetivamente estas cuestiones y plantee desafíos a la gente antes de que adopten una decisión de la que podrían arrepentirse", declaró Lord Owen.
Preocupación en la banca
En el ámbito bancario, la mayor preocupación consistía en asegurarse que todo -hombres y máquinas- estén en su lugar para inaugurar las operaciones con el euro. Las órdenes de compra en el mercado londinense, que alberga a unos 500 bancos extranjeros, se espera que procedan de las entidades de países que están fuera de la zona del euro. "La verdadera prueba se celebra mañana [por hoy] cuando los bancos comiencen a hacer transacciones con el euro", afirmó un analista.
"Cada vez será mayor el número de compañías británicas que hagan sus transacciones y abran cuentas en euros, independientemente de que el Reino Unido se sume a la unificación monetaria o no", vaticinó Nick Parsons, jefe del equipo estratégico de Paribas.
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