Wim Duisenberg sembró la discordia

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el holandés Wim Duisenberg, sigue siendo un foco de discordia. Su carácter adusto parece no entender de boatos y ceremonias. El jueves, en una rueda de prensa a la que asistía el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, su comisario de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy, y los representantes de los Quince Estados miembros de la zona euro, Duisenberg no se privó de lanzar un gesto desafiante. Como era obvio se le preguntó por sus recientes declaraciones al diario Le Monde, en las que aseguraba que no dejará el cargo a mitad de su mandato tal como se había comprometido en la cumbre de mayo. "A partir de ahora siempre tendré la misma respuesta cuando se me haga esa pregunta: sin comentarios", respondió. Cuando se le pidieron nuevas precisiones para despejar toda duda sobre su permanencia en el cargo se reafirmó: "Pues tendrán que acostumbrarse a vivir con esa duda", dijo.

El ministro francés, Dominique Strauss-Kahn, intervino con rapidez. "No veo que haya ningún motivo para pensar que las cosas han cambiado, por lo que a mi juicio siguen siendo válidos los compromisos que se adquirieron en mayo ante el presidente de la República

[francesa]", dijo.

Las palabras de Strauss-Kahn no hacían sino resaltar que Francia consintió el nombramiento de Duisenberg porque este se comprometió ante Jacques Chirac a dejar el cargo a medio mandato; ese compromiso sigue en vigor y el holandés deberá dejar su puesto en cuatro años. Eso sí, alegando motivos de salud en su momento.

[El presidente de la Comisión terció en la polémica al afirmar que "no estaba tan claro" que exista un acuerdo eventual para un cambio en el gobierno del BCE, informa Efe].

En su intervención en el Ecofin, Wim Duisenberg destacó que el euro será una moneda estable. "Les puedo asegurar que haremos todo lo posible para que el euro sea una divisa en la que cada ciudadano europeo pueda tener confianza", dijo. Y expresó sus deseos de que el euro "pueda convertirse en un símbolo unificador para los pueblos de Europa".