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Suecia castigará con la cárcel a quienes aborden a las prostitutas

El 1 de enero marcará en Suecia el fin de la libre compra de sexo. Ese día entrará en vigor una ley, aprobada el pasado 29 de mayo, que penaliza al comprador de sexo con hasta seis meses de cárcel o la alternativa de pagar una multa en efectivo. Se prohíbe acercarse a una profesional en la calle, en un club privado o en establecimientos de masaje, y retribuir cualquier "servicio sexual". El solo hecho de aminorar el paso para hablar con una prostituta podrá ser prueba de delito.

El tribunal evaluará cada caso: por ejemplo, si se trata de una situación excepcional, en la que el diablo sedujo al infractor, o por si, por contra, éste es un asiduo de los lugares donde hay oferta sexual.

Un equipo de la policía y de asistentes sociales ha venido trabajando desde hace tiempo en este problema, con la intención sobre todo de frenar la iniciación de muchachas muy jóvenes en el viejo oficio. Ahora se prepara para entrar en acción, pasando de la política de disuasión en el sector de la oferta al de la represión en el de la demanda.

Existe expectación sobre cómo se desarrollará la aplicación de la ley, que ha sido objeto de mucha polémica y cuestionada principalmente por las prostitutas, presuntas beneficiarias de su texto. Se sabe que los encargados de hacerla cumplir han estado estudiando su plan de acción y se han pertrechado de los más modernos instrumentos tecnológicos -como cámaras de vídeo en las calles de las zonas calientes- para poder verificar y probar la comisión del delito.

Protección a la mujer

La ley se inscribe en un marco más amplio de protección a la mujer, y su argumento principal es que el comercio sexual es denigrante para ésta y que no se puede permitir que el cliente compre impunemente un cuerpo. Este punto de vista ha sido defendido tenazmente por los colectivos femeninos durante la tramitación de la ley.La intención del texto legal no es erradicar la prostitución, un problema que se ha disparado en Suecia luego de la caída del comunismo en los países bálticos y del este de Europa, sino más bien disuadir a los potenciales compradores. Según recientes estadísticas policiales, entre 5.000 y 6.000 prostitutas ejercen su oficio en Suecia; en 1993 eran 2.500. Muchas mujeres de la Europa del este y de la ex URSS han inmigrado a Suecia en los últimos años y practican una prostitución "económica", dada la falta de empleo. El número de clientes se estima entre 125.000 y 200.000.

La ley prevé un agravamiento de las penas contra los hombres que cometan violencia contra su pareja. También se castigará severamente a quienes, en ciertas circunstancias, se nieguen a denunciar a la policía delitos sexuales graves o prácticas como la ablación de clítoris. La ley endurece el acoso sexual en el trabajo y obliga a los empresarios a tomar medidas de prevención.

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