La mayoría del Senado apoya un juicio rápido con censura a Clinton
La mayoría de los senadores republicanos y demócratas dan por hecho de que será inevitable juzgar el caso Lewinsky en el Senado, aunque muchos están definitivamente inclinados hacia la opción de un proceso rápido que se cierre con una censura y no con un intento formal de destitución. Sólo algunos republicanos se niegan a aceptar una censura contra el presidente si éste no reconoce antes la comisión de al menos un delito: el de perjurio.
Hace falta una mayoría de dos tercios (67 senadores) para expulsar a Bill Clinton de su cargo -y los republicanos disponen de 55 asientos-, pero sólo es necesaria una mayoría simple (51 senadores sobre 100) para suspender el proceso de impeachment en la Cámara alta. Varios republicanos moderados -al menos cinco-, parecen dispuestos a apoyar esta última opción a cambio de una censura para el presidente que podría ir acompañada de una fuerte sanción económica.El presidente del Comité de Asuntos Judiciales del Senado, el republicano Orrin Hatch, ha sugerido que no habrá necesidad de escuchar de nuevo a todos los testigos, ni siquiera a los principales acusados, Lewinsky y Clinton, con lo que se podrían evitar el bochorno de nuevas y pormenorizadas descripciones de las relaciones sexuales entre el presidente y la ex becaria.
Todos en la capital estadounidense dan por hecho de que cualquier acuerdo para cerrar el caso con una censura moral llegará siempre después de que comience el juicio contra el presidente en el Senado. Una vez iniciado el proceso y formuladas las acusaciones aprobadas en la Cámara de Representantes -perjurio y obstrucción a la justicia-, el jefe del Ejecutivo tendría un tiempo limitado para presentar por escrito su defensa, normalmente en el plazo de un mes. Sin embargo, un acuerdo político podría lograr que el juicio no durase más allá de dos semanas.
La nueva legislatura parlamentaria se inicia con la formación de las cámaras el próximo 6 de enero. El juicio comenzará en cuanto el Congreso llegue a una acuerdo sobre el nombramiento de los llamados managers, es decir, los congresistas que actúan como fiscales en el Senado. Sin embargo, el líder demócrata en el Senado, Tom Daschle, ha indicado que si los trámites se aceleran el proceso podría comenzar incluso al día siguiente de la formación de las Cámaras. Los demócratas desean que el proceso termine antes del próximo 19 de enero, fecha en la que el presidente Bill Clinton acudirá al Capitolio para pronunciar el discurso sobre el estado de de la nación. Sin embargo, tanta celeridad es improbable en un proceso de semejante magnitud.
A pesar de que la opinión más extendida es la del juicio rápido a cambio de una censura, varios senadores republicanos todavía mantienen que el proceso ha de empezar y debe llevarse a cabo hasta el final.
Mitch McConnell, un senador republicano de peso en el partido, aseguró ayer en la cadena televisiva Fox News que la Cámara "deberá votar cada una de las acusaciones de impeachment, y sólo entonces", según McConnell, "se puede empezar a considerar la posibilidad de una censura".
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