Otro año de proceso

Si declara una secretaria o administradora de las sociedades utilizadas por Conde y Romaní, no te la pierdas. He aquí una máxima importante para este juicio. La verdad sale a la luz cuando Rosa María Carreño dice que leyó en la prensa que tenía un 5% en la sociedad Gay Cordon, de Conde, pero que prestó su consentimiento sin saber muy bien para qué era, ya que ella tenía entonces sólo 20 años y total confianza en Romaní. También fue administradora, en 1994, de Asebur Inversiones, la sociedad patrimonial de Conde que pasó a ser 100% de la suiza Kaneko Holding (tapadera de Conde). Tampoco Consuelo Sánchez Pardo, de profesión decoradora, recordaba tener una participación del 5% en Gay Cordon, aunque recordó que una vez le pidieron el carné para algo, y como confiaba en Romaní, no le preguntó para qué lo necesitaba.El aire que se respira en el juicio es el siguiente: Conde, en actitud chulesca, no parece proclamar tanto su inocencia como su orgullo de que no le tienen totalmente pillado. Viene a decir: señores fiscales, sabéis como ha sido más o menos este presunto atraco, pero os faltan cosas importantes.

Conde y los acusados tuvieron su oportunidad en la primera fase del juicio oral, en la que su declaración dominó la escena. No la aprovecharon. Grandes lecciones de finanzas al tribunal. Gran histrionismo. Pero ahora viene la factura. El tribunal puede apreciar a las Elena García Baquedano, secretaria de Romaní, Consuelo Sánchez Pardo o María Jesús Sánchez Pérez.

El juicio ha entrado en un receso hasta el 11 de enero, día en que declarará Emilio Botín. Un día más tarde lo hará Luis Ángel Rojo. Será la inauguración de otro año, como mínimo, de juicio oral. Si hay suerte, tras el examen de las operaciones Carburos, Promociones Hoteleras, Isolux, lo que queda de artificios contables y las operaciones locales y la confrontación de las periciales, el caso quedará visto para sentencia avanzado 1999. En el mejor de los mundos, habrá sentencia en marzo del 2000.