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Milosevic ataca núcleos rebeldes en el norte de Kosovo como preludio de una ofensiva

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, ha aprovechado las fiestas de Navidad para incumplir sus compromisos de octubre y acumular tropas en el el norte de Kosovo. Tanto el Centro de Información Albanés como la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) confirmaron que, en la mañana del jueves, las fuerzas yugoslavas iniciaron un ataque con morteros y disparos de fusil en la región de Podujevo contra las localidades de Glamnik, Obranca, Burince y Lapastica, considerados bastiones de la guerrilla independentista.

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Preocupación en la OTAN

William Walker, jefe de la misión internacional de verificación en Kosovo, declinó ayer comentar el origen de este nuevo estallido de violencia. "Ambas partes han estado provocándose, buscando problemas, y al final los han encontrado", dijo en una rueda de prensa, ayer en Pec. Walker reconoció que había un excesivo número de tropas especiales de la policía serbia implicadas en lo que Belgrado llama operaciones de rutina.Uno de los ayudantes de Walker aseguró que en la operación de la región de Podujevo estaban implicados al menos 40 vehículos de asalto, incluidos carros de combate. Una información procedente de la OSCE afirma que en la localidad de Gornje Lapastica hay fuertes bombardeos. Cuando los observadores de la organización exigieron a las fuerzas serbias su retirada inmediata, sus mandos replicaron que sólo obedecían órdenes de Belgrado.

El portavoz oficial de la OSCE en Kosovo, Joergen Gruned, indicó que los observadores fueron testigos el jueves del paso de una columna de 20 vehículos blindados y seis carros de combate de fabricación soviética, tipo T-55, en dirección a la localidad de Podujevo, habitada por 20.000 personas de origen albanés y que da nombre a la región en la que se desarrollan los combates. En otro punto de Podujevo, las tropas serbias detuvieron a un vehículo de la OSCE a punta de pistola y les advirtieron: "O se van ustedes de aquí o les pegamos un tiro".

La OSCE, que calificó el incidente de "extramadamente serio", estudiaba ayer la posibilidad de retirar a sus equipos sobre el terreno, pues, a su juicio, no hay garantías para su seguridad.

El Centro de Información Albanés de Pristina asegura que esta ofensiva no es limitada, como afirma Belgrado, sino que es parte de una escalada general y que los bombardeos son constantes. La agencia oficial serbia Tanjug informó ayer de que numerosos guerrilleros habían sido abatidos, pero no ofreció datos.

El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), la guerrilla independentista que controla esta zona del país, dio ayer por terminada la tregua de octubre al considerar que tienen derecho de defenderse "de los ataques no provocados" que llevan a cabo las fuerzas serbias. "Con este ataque, el alto el fuego ha terminado", dijo Pleurat Sejdiu, del ELK, a la BBC en Londres.

En los últimos días, las fuerzas yugoslavas han acumulado tropas y pertrechos en el norte a pesar de que en el invierno balcánico es complicado llevar a cabo este tipo de maniobras. Los movimientos de tropas representan una grave violación de los acuerdos de octubre alcanzados entre el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y el enviado especial de EEUU, Richard Hoolbroke.

Desafío a la OTAN

Fehmi Agani, mano derecha del líder moderado de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova, asegura que "el ataque del Ejército y de la policía especial serbia" [una especie de Ejército paralelo] constituye "una provocación y un desafío a la OTAN". Agani estima que las operaciones demuestran las verdaderas intenciones de Milosevic y un claro incumplimento del pacto de octubre cuando la OTAN amenazó al régimen de Belgrado con bombardeos aéreos si no detenía su ofensiva kosovar, retiraba sus fuerzas y permitía el regreso de los refugiados.Estados Unidos, que ha mantenido significativas diferencias con la Unión Europea -que rechaza otorgar un papel político al ELK en las negociaciones sobre el futuro de Kosovo-, no dudó esta semana en acusar a las fuerzas serbias de ser las responsables del incremento de tensión en la provincia y exigir explicaciones al régimen de Belgrado. El portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, citó el miércoles varias violaciones de los acuerdos por parte del régimen serbio y del ELK. "Tenemos indicaciones de que parte del personal evacuado en octubre ha regresado a Kosovo y que las unidades policiales que fueron acuarteladas entonces se hallan de nuevo desplegadas sobre el terreno. Esto representa una peligrosa provocación".

El alto el fuego decretado en octubre ha sido, por lo general, respetado por los dos bandos, pero una serie de incidentes violentos como el reciente asesinato de seis policías serbios ha colocado a Kosovo en un clima prebélico. EEUU y Francia consideran "desproporcionada" la respuesta a esas muertes. "Una ofensiva a gran escala contra la población civil no supondrá mejora alguna de la situación y podría representar una seria amenaza para el mantenimiento del alto el fuego", dijo Rubin.

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