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Ratón

DE PASADA¿Por qué el Ayuntamiento de Granada ha respondido con tanta contundencia y ha sugerido a la empresa encargada de diezmar a los roedores que denuncie al empleado que contó a los periodistas cómo descubrió un ratón merodeando en una oficina de la Delegación de Medio Ambiente, Salud y Consumo? Quizá porque un ratón se puede transformar en un síntoma de que algo funciona mal en las cloacas municipales, de que hay superpoblación. Medio Ambiente fue la delegación del escándalo, el lugar donde, según el propietario de un bar nocturno, el ex concejal del PP Francisco Jiménez Carmona tramó las extorsiones de las que está acusado en los tribunales. Ni una mota de polvo quieren ver allí. Santiago Sánchez García, representante de la sección sindical de UGT, fue quien divulgó la noticia de la aparición del ratón en un despacho del área administrativa encargada de clausurar los bares y las despensas de los restaurantes en caso de que los inspectores se aperciban de la existencia, no ya de ratones, sino de modestas arañas o bolitas de pelusas. ¡Y justamente allí, en la oficina encargada de supervisar la higiene, fue donde hizo su hueco el ratón y salió a la superficie! El concejal de Medio Ambiente, Joaquín Abras, ha elaborado un informe defensivo donde sostiene que el roedor ya era un ser moribundo, sin esperanzas de vivir más de unas pocas horas. ¿Qué calamidades sufrió el ratón para acabar melancólico como una vaca? ¿Cómo su astucia se había transformado en pereza? Abras sostiene que el roedor no burló el severo control sanitario que el PP ha impuesto sobre los subterráneos y las cloacas de la ciudad y que antes de que lo cazaran de un escobazo los empleados había ingerido un porción letal de raticida, de ahí su correr tartamudo, su conducta suicida al exponerse sin cautelas al golpe definitivo. El Ayuntamiento ha aprovechado para reafirmar el control que el PP ejerce en los atanores y en los submundos. Si hemos de creer sus palabras, la población de "ratas grises" ha disminuido del 92% en 1986, en plena vorágine de la cultura del pelotazo, al 3.57% el año pasado. Añade Abras que todas las ratas están bajo vigilancia, pero matiza que su exterminio absoluto es una labor imposible. "Por debajo del 5% de infestación", escribe el concejal, "la población de roedores está controlada y no es recomendable el establecimiento de otros programas". Vale.

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