El pacto del PNV con los populares no logra evitar una renta distinta en cada territorio

La falta de acuerdo que ha rodeado en el último mes la reforma fiscal terminó de escenificarse ayer en la Casa de Juntas de Gernika. Tras la aprobación en Álava de un nuevo IRPF que concede más ventajas al comprar una vivienda que en las otras provincias, se esperaba que la armonización del impuesto existiese al menos en Vizcaya y Guipúzcoa. La iniciativa de los socialistas de tributar las plusvalías de capital -las procedentes de acciones y fondos de inversión principalmente- al tipo medio del contribuyente, como las rentas del trabajo, y no al 20% sin distinciones como hasta ahora había obligado al PNV a buscar apoyo fuera de los gobiernos forales. Lo logró en el PP, pero, en el primer envite al aprobarse ayer la norma en Vizcaya, los resultados no fueron los esperados. El mantenimiento del tipo del 20% se aseguró con los votos de PNV y PP y el rechazo del resto de la oposición -HB, IU e ICV- y el socio de gobierno de los nacionalistas, el PSE. Pero al llegar a la contrapartida pactada entre los nuevos aliados, la exención de la declaración de patrimonio a los autónomos, ICV recurrió al artículo 98 del reglamento interno de las Juntas e impidió que se tramitase la enmienda transaccional consensuada entre nacionalistas y populares. El PP, que además había retirado seis enmiendas, vio que su apoyo no tuvo su recompensa y que tan sólo se aprobaba una enmienda sin modificaciones de fondo. Este inesperado hecho y el debate suscitado sobre las plusvalías de las rentas de capital fueron los momentos cumbre en el tedioso trámite -duró casi cinco horas y media- de la aprobación de la nueva norma del IRPF. Herri Batasuna e ICV coincidieron en censurar a los socialistas por no acudir con todos sus junteros -faltaba un apoderado del PSE, con lo que el PNV no hubiera requerido el apoyo popular para mantener la tributación de las rentas de capital- mientras que los peneuvistas defendieron su propuesta "para evitar la descapitalización de Vizcaya y para que no se cree una isla fiscal", señaló su portavoz, Juan Cruz Nieves. Txema Fernández (IU) calificó esta argumentación de demagógica y dijo que se beneficia a "los lobbies financieros". En la larga aprobación del nuevo IRPF, que en el pleno tuvo más de 40 enmiendas parciales y tres a la totalidad, HB e IU argumentaron que se beneficia a los más pudientes. Nieves replicó que se defiende al conjunto de la sociedad vizcaína, "con más incidencia en los más desfavorecidos". Carlos Olazabal (PP) sostuvo que el tratamiento a la familia y la vivienda "es más perjudicial" que en el IRPF estatal y aventuró una próxima modificación de lo que ayer se aprobó. Hoy en Guipúzcoa En el pleno de hoy de Guipúzcoa, el PSE planteará que el próximo Gobierno vasco modifique la legislación vigente para que a través del Parlamento se garantice la armonización fiscal de los tres territorios. El secretario institucional del PSE guipuzcoano, Iñaki Pierrugues, aseguró ayer que es un contrasentido que existan plazos diferentes de prescripción de los delitos fiscales en Vizcaya, Guipúzcoa y Álava o sobre el tratamiento de las deducciones por adquisición de vivienda. Pierrugues ratificó que su grupo mantendrá hoy la enmienda para que las rentas de capital tributen de igual forma que las de trabajo, aunque el acuerdo alcanzado por PNV y EA con el PP la derrotará. La segunda enmienda socialista que tampoco va a prosperar propone la creación de un fondo especial para políticas activas de empleo. El PSE ha defendido de modo infructuoso durante todo el debate de la reforma fiscal que era necesario crear una bolsa de 20.000 millones de pesetas para que desde el Gobierno vasco se emprendiera una política estratégica para combatir el desempleo. Pese a ello, el PSE respaldará la norma foral del nuevo IRPF porque esta foirmación ha "aportado propuestas que han contribuido a promover una mayor progresividad del impuesto".