Los periodistas internacionales, controlados por "guías" oficiales
El bloqueo informativo practicado en estos últimos días por las autoridades de Irak con respecto a los daños de los ataques estadounidenses y británicos empieza a desmoralizar a la prensa internacional, que se encuentra en Bagdad sometida a un estricto control y vigilancia.El Ministerio de Información ha estructurado un servicio de guías que debe acompañar obligatoriamente a todos los periodistas al salir a la calle, siempre que traten de ir a buscar una información fuera de la ciudad o en un lugar no habitual. La orden parece influir también a los taxistas, que ponen serios reparos cuando un periodista trata, por libre, de ir a una zona supuestamente siniestrada.
Algunos periodistas internacionales destacados en Bagdad han empezado a marcharse a casa, y los que se quedan se han convertido en verdaderos cazadores de edificios dañados. Se trata de rastrear permanentemente los rincones de la capital iraquí y del sur del país, en una incansable búsqueda de las huellas que han dejado las bombas, sin que para ello se pueda contar con la ayuda de nadie.
Los intentos de algunas cadenas de televisión norteamericanas, que lograron un permiso especial para trasladarse a la región de Basora, en el sur, la más afectada por los bombardeos, terminó en un fiasco. Según explicaron los periodistas, sólo les fue permitido ver algunos edificios públicos de la ciudad, siempre por fuera, y filmar escenas callejeras, negándoseles el acceso a las zonas industriales atacadas. Lo que ha pasado con la refinería sigue siendo una incógnita.
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