Fumadoras de bata blanca
La relación de los profesionales sanitarios con el tabaco trasciende el mero hábito de fumar, por cuanto se considera que médicos y enfermeras ejercen un papel de modelos frente a pacientes y población general. Dado que el consumo de tabaco está subiendo en los últimos años de manera significativa entre las mujeres y, al tiempo, que éstas han accedido en gran número al sector sanitario, la Consejería de Sanidad de Madrid ha unido en un estudio esas dos variables -personal sanitario y mujer- para analizar las actitudes de dicho colectivo frente al tabaco.El trabajo, realizado con una muestra de 1.235 médicas y enfermeras, confirma que, paradójicamente, es más frecuente el hábito de fumar entre las profesionales de la salud que en el conjunto de la población. El 43% de las médicas y enfermeras encuestadas fuma habitualmente, un porcentaje 13 puntos por encima de la media. Los últimos estudios sitúan el tabaquismo entre las mujeres de la Comunidad de Madrid en un 30%. Hay que señalar, además, que un 18,8% de las sanitarias se definen como ex fumadoras.
Con respecto a la cantidad de tabaco, el consumo diario entre médicas y enfermeras se sitúa en 14 cigarrillos. Si se analiza el tabaquismo por colectivos profesionales, el 47% de las enfermeras fuma, frente al 32% de las doctoras que se identifican como fumadoras. En línea con esos datos, es mayor el porcentaje de las profesionales de la medicina que afirman haber intentado dejar el tabaco (74% de médicas frente al 61,5% de enfermeras). El estudio, realizado por la Fundación para la Investigación, Estudio y Desarrollo de la Salud Pública, muestra también que fuman más las profesionales que desarrollan su labor en los hospitales (el 47% de las que trabajan en estos centros fuman) que las de los centros de atención primaría (35%).
Pero los resultados más significativos son, sin duda, los relativos a las actitudes de ambas profesionales con respecto al tabaco delante de los pacientes. Así, se ha observado que casi un 3% de ellas fuman en presencia de sus pacientes a pesar de que está prohibido el consumo de tabaco en los centros sanitarios.
Parece, además, que las campañas contra el tabaco realizadas por las autoridades sanitarias y los carteles que indican en todos los centros asistenciales que no se puede fumar, han tenido poco eco entre las sanitarias: un 27,5% considera que sí está permitido fumar en su área de trabajo. Destaca asimismo que un 15% es partidario de dejar fumar a los usuarios mientras esperan para ser atendidos en la consulta. Ese porcentaje sube hasta un 22% si se tiene en cuenta sólo la opinión de las fumadoras.
Este colectivo se muestra más remiso a la hora de recomendar a los pacientes que dejen de fumar. Un 85,4% dice hacerlo, casi diez puntos menos que entre las no fumadoras, de las cuales, el 94% recomienda no fumar. Como dato alentador, el estudio señala que el porcentaje de fumadoras es menor entre las profesionales menores de 30 años.
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