El Gobierno concede el tercer grado a Mikel Sarasketa, el preso más antiguo de ETA
El etarra Mikel Sarasketa, de 43 años, saldrá próximamente en libertad condicional después de que Instituciones Penitenciarias le notificara el viernes la concesión del tercer grado por "cuestiones humanitarias", según informó ayer Euskadi Información. Sarasketa, condenado a 48 años por delitos de sangre, era el preso más antiguo de ETA. Ya ha pasado 20 años en la cárcel y sufre problemas de salud. La notificación del tercer grado, indispensable para obtener la libertad condicional, se produjo el día que el Gobierno anunció el acercamiento al País Vasco de 21 presos.
Sarasketa, que deberá salir a la calle en un plazo no superior a tres semanas desde la notificación del tercer grado, sufrió su última recaída de salud el pasado lunes, precisamente el día en que se cumplían sus 20 años de estancia en prisión. Un ataque epiléptico obligó a su traslado desde la prisión de Basauri (Vizcaya) al hospital de Basurto.El último problema serio de salud lo sufrió en el verano de 1997. El 6 de junio fue encontrado inconsciente -a causa de una hemorragia cerebral- en el suelo de su celda de la prisión de El Acebuche (Almería), donde entonces cumplía condena y estaba clasificado en primer grado penitenciario, el más duro y rígido, por no mostrar un actitud favorable a la reinserción. Salvo su última etapa en Basauri -a donde fue traslado tras su empeoramiento de salud-, Sarasketa ha pasado la mayor parte de su condena en las prisiones de Melilla y Almería.
El etarra fue condenado en 1979 por la Audiencia Nacional a siete años de prisión por un delito de conspiración para el terrorismo en relación con el asesinato de los guardias civiles Lorenzo Soto y José Zafra, ocurrido en 1978 en San Sebastián. En febrero de 1980 fue condenado a 41 años de reclusión en relación con el asesinato, en diciembre de 1978, de un comisario de policía, un subcomisario y un agente en el bar Urgull de la capital donostiarra.
Por otra parte, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró ayer que la reacción suscitada en el País Vasco por el último acercamiento de presos responde a la "radicalización" del nacionalismo alrededor del pacto de Estella y, en este sentido, indicó que algunos partidos comparten "estrategia, táctica y acuerdo".
Mayor Oreja realizó estas declaraciones en Mérida (Badajoz), donde participó en los actos del Día del Partido, organizados por el PP de Extremadura, y a los que también asistió el presidente regional de los populares y del Senado, Juan Ignacio Barrero.
"No sé si hemos entendido lo que significa Estella. Significa la radicalización del nacionalismo para excluir y, en principio, la sustitución del terror por la presión social hacia un colectivo determinado", añadió Mayor.
El titular de Interior manifestó que la política penitenciaria será, como anunció el presidente del Gobierno, José María Aznar, "más profunda" en la medida en que avance el proceso de pacificación y en función de que se produzcan decisiones individuales de los presos de alejamiento de ETA o una medida colectiva de la propia organización.
En referencia a las pintadas contra ediles del PP en el País Vasco aparecidas durante este fin de semana, afirmó que demuestran, a su juicio, que hay que ser "cautelosos" para medir la "autenticidad" de la posición del entorno del ETA. "No podemos ser", añadió, "muy exigentes con nosotros mismos y muy poco con el entorno que rodea a ETA, puesto que eso ha sido el complejo de inferioridad más grave que ha podido tener la sociedad española". Por la noche, en el programa de Tele 5 La semana que viene, Mayor aludió a la próxima elección de lehendakari y no descartó que Carlos Iturgaiz presente su candidatura en el Parlamento vasco, además de dar por seguro que el dirigente popular hará una presentación de su proyecto.
Ardanza y familiares de presos
Por su lado, el lehendakari en funciones del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, transmitió ayer a un grupo de familiares de presos de ETA su deseo de que estos reclusos puedan cumplir sus condenas en cárceles de Euskadi.El hecho se produjo, por iniciativa de Ardanza, durante los actos de inauguración de un parque en la localidad vizcaína de Galdakao, bautizado con su nombre. "Me he acercado a los familiares de los presos para desearles unas Navidades lo más felices, serenas y pacíficas posibles y, al mismo tiempo, decirles que saben que la mayoría de los vascos compartimos el deseo que ellos manifiestan: que sus familiares puedan cumplir las penas en los lugares más próximos a sus lugares de residencia. Ellos me lo han agradecido, y punto", explicó Ardanza.
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