Ciudadanos y..
Soy ciudadano español. Decir esto por este orden no es una cuestión baladí. Ser español es una mera contingencia de la que no soy responsable. Ser ciudadano es una actitud responsable por la que asumo valores culturales casi universales: ser tolerante, respetuoso con el que no piensa como yo, con quien tiene otra lengua, otra cultura, asumir el derecho como norma racional de convivencia y oponerse a la arbitrariedad. En este sentido, me diferencio de un francés, finlandés, japonés, sólo por una casualidad, la de haber nacido en España. Y aunque esta casualidad pueda tener trascendencia en mi forma de ser, mientras primero sea ciudadano, esa trascendencia se diluye al supeditar los valores culturales que me aporta ser español a los valores que me aporta ser ciudadano. Mi cultura de español relativiza frente a la cultura universal de ser ciudadano. Creo que esto es lo que me diferencia de un nacionalista. Para éste, la nación, su nacionalidad, no es una contingencia, es una realidad histórica inevitable, natural, que le dota de una esencia propia haciéndole muy igual al mismo nacional, con quien comparte un "nosotros" primigenio y sustantivo que le singulariza frente a "los otros" no poseedores de la esencia. Esta especie de esencialismo metafísico le obliga a anteponer su cultura a la universal de ser ciudadano, necesitando la posesión de un Estado-nación excluyente que ampare y garantice la esencia de la que es portador antes que un Estado concebido como mero instrumento político para amparar y garantizar la comunidad de ciudadanos.Gracias a Jon Juaristi, Mikel Azurmendi, Patxo Unzueta, Kepa Aulestia, Fernando Savater, por lo mucho que me habéis enseñado y por ser ciudadanos vascos.- .
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