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EL PROCESO DE PAZ

Aznar invita a EH a sumarse al proceso de paz del País Vasco tras establecer "contactos significativos"

El Gobierno traslada a la Península a 21 presos etarras y pide el cese de la violencia callejera

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José María Aznar, invitó ayer a Euskal Herritarrok (EH) a participar en el diálogo sobre la paz del País Vasco. Su tercera declaración oficial tras el anuncio de la tregua de ETA, el pasado 16 de septiembre, se produjo poco después de que el Ministerio del Interior confirmara el inmediato traslado a cárceles de la Península de 21 presos de ETA que cumplen condena en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, y muy poco antes de que el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, revelara que ya ha habido "contactos significativos" con el entorno de la banda. Aznar indicó que el Gabinete seguirá explorando estos contactos hasta lograr el cese definitivo de la violencia, lo que calificó de "piedra angular" en el proceso de paz.Los partidos nacionalistas vascos le respondieron con dureza. Euskal Herritarrok considera tan insatisfactorio este traslado de presos que lo califica de "tomadura de pelo". Para esta coalición, "es el momento de salir todos juntos a la calle". En sintonía, las Gestoras Pro Amnistía se han apresurado a anunciar nuevas presiones contra los cargos públicos del PP. La dirección del PNV tampoco dudó en expresar su "decepción y frustración" por una decisión que considera muy insuficiente. Junto al anuncio del acercamiento de los presos etarras, entre los que figuran los más sanguinario de la banda, el presidente del Gobierno aludió a un proyecto legal, que entraría en el Congreso en el próximo periodo de sesiones, para reparar a las víctimas del terrorismo.

Aznar cumplió con su compromiso de realizar una declaración pública cada vez que el incipiente proceso de paz en el País Vasco ofreciera algún tipo de novedad. Pero la de ayer, la tercera desde el inicio de la tregua de ETA, ha servido para acreditar que los contactos entre el Ejecutivo y el entorno de la banda terrorista, autorizados por el presidente en su anterior intervención, la del 3 de noviembre, son ya una realidad. El Gobierno, efectivamente, ha establecido "contactos significativos", como acabó revelando Josep Piqué en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Una semana atrás, el portavoz había dicho que aún no había "contactos significativos".

De la declaración del presidente, no obstante, se deduce que las conversaciones exploratorias con el entorno de ETA no han dado todavía el fruto apetecido, esto es, el anuncio por parte de la banda del cese definitivo de la violencia. No obstante, Aznar compromete a su Gabinete a seguir intentándolo, porque ve posibilidades reales de abrir un auténtico proceso de paz. "El Gobierno está en condiciones de concluir que siguen existiendo posibilidades de que se consolide la actual situación de cese indefinido de la violencia, y sobre estas posibilidades va a continuar ejerciendo plenamente su responsabilidad". En la rueda de prensa posterior a esta declaración, Piqué se negó a precisar si los contactos del Ejecutivo han sido con algún enviado de ETA o de HB.

Tregua definitiva

El presidente insistió en que el objetivo de las conversaciones es conseguir que la tregua indefinida se convierta en irreversible. "El cese definitivo de la violencia no es un objetivo partidista ni un dictado humillante, ni la contrapartida de un precio político. Es la piedra angular sobre la que asentar el proceso de normalización", enfatizó. A renglón seguido aclaró que en este diálogo hará caso omiso de las pretensiones políticas de ETA, como, por ejemplo, el reconocimiento por el Ejecutivo central del ámbito vasco de decisión. "El Gobierno no tiene intención de constituirse en intérprete de la voluntad de ETA. Sólo a este grupo corresponde definir el alcance de su decisión, y no ya frente al Gobierno, sino, sobre todo, frente a la sociedad vasca y al conjunto de la sociedad española, que reconoce la legitimidad de las urnas, pero que nunca aceptará coartadas para la violencia".Aznar afrontó también el resurgimiento de la violencia callejera y la situó en el mismo nivel de rechazo político que el terrorismo. "No hay niveles tolerables de violencia. Ningún ciudadano tiene la obligación de soportarla por el hecho de pertenecer a partidos democráticos que son, además, ampliamente representativos en el País Vasco".

El presidente del Ejecutivo hizo, a renglón seguido, una invitación a EH a incorporarse al diálogo con los demás partidos democráticos. "Quiero señalarles que considero conveniente reforzar el diálogo que ya existe con los partidos políticos para profundizar en las líneas de acuerdo iniciadas hasta ahora. Espero que a este diálogo, en una situación política normalizada, puedan incorporarse también todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento Vasco".

La alusión de Aznar a EH fue clara y supondría su invitación a incorporarse a las rondas de conversaciones sobre la pacificación de Euskadi que el jefe del Ejecutivo protagoniza. Piqué precisó posteriormente que la "situación política normalizada" supone el rechazo por parte de EH de los episodios eventuales de violencia callejera y las amenazas a los cargos del PP.

Aznar adquirió un nuevo compromiso: la presentación en el próximo periodo de sesiones de medidas legales de reparación a las víctimas del terrorismo y sus familias, para lo que pidió la colaboración de las distintas instituciones.

La decisión de Aznar de incorporar a EH al diálogo por la paz con los demás partidos es una muestra de que el Gobierno confía y apuesta por el proceso de paz. La siguiente muestra es la decisión paralela del Ministerio del Interior de acercar 21 presos de ETA a cárceles de la Península.

El "factor territorial"

En una nota escueta, el ministerio que encabeza Jaime Mayor anunció, a primera hora de la mañana, la aplicación "hoy mismo" de la medida que afecta a tres presos de Ceuta, tres de Melilla, seis de Las Palmas, seis de Tenerife y tres de Palma de Mallorca. Los traslados serán a cárceles de Andalucía, Comunidad Valenciana y Albacete. La nota del ministerio señala que "el factor territorial y geográfico en función del singular alejamiento de estos presos ha sido el motivo principal de esta decisión". También destaca que el número de presos etarras que han sido acercados por el Gabinete del PP a Euskadi se eleva a 85. A los que se suma la concesión de 13 terceros grados penitenciarios.Entre los presos trasladados ahora figuran Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, y Jesús María Zabarte Arregui, ambos condenados por graves delitos de sangre e integrantes del colectivo que ETA ha designado como interlocutores de la banda en las cárceles. Entre los delitos que se atribuyen a algunos de los 21 trasladados figuran atentados de los más sangrientos de la historia de ETA como el de Hipercor, en Barcelona, en junio de 1987, en el que hubo 21 fallecidos, y el perpetrado contra un microbús de la Guardia Civil, en septiembre de 1985, en Madrid, en el que murieron 13 personas.

Con este gesto, el Gobierno admite que existen posibilidades de que el proceso de tregua camine hacia una paz definitiva y pretende, con ello, animarlo. Así lo reconoció Piqué al señalar que el traslado a cárceles de la Península "es un movimiento que va asociado a la constatación del Gobierno de que existen posibilidades después de los contactos".

Mayor anticipó esta medida, a primera hora de la mañana, al portavoz de Justicia e Interior del PSOE, Juan Alberto Belloch. En la conversación, de una hora, le informó también de la intervención de Aznar.

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