Las cuentas del taxi

Los taxistas de Sevilla denuncian el exceso de licencias y la "poca ganancia" que le sacan a su jornada laboral. Sin embargo, ninguno de los 2.311 propietarios de licencias quiere renunciar a ella. El negocio del taxi no parece ser tan ruinoso como algunos profesionales pretenden hacer ver al Ayuntamiento de Sevilla, al que exigen la eliminación de 700 licencias. La desaparición de sólo 200 premisos supondría unos 1.000 millones de pesetas a las arcas municipales, lo que amenazaría las cuentas locales. La Unión Sevillana del Taxi, en contra de autónomos y asalariados, afirma que la reconversión del sector supondría a los taxistas una cuota mensual de 5.000 pesetas. Miembros de la organización patronal Unión del Taxi aprovecharon la tercera jornada de huelga, el pasado domingo, para quejarse de las largas jornadas que tienen que trabajar: 16 horas diarias para ganar 10.000 pesetas en bruto de las que habría que restar unas 6.000 pesetas que cuesta "sacar a la calle" el vehículo, según el presidente de esta entidad, José Padilla. Gastos De acuerdo con las cuentas de la patronal, los taxistas han de abonar a la Seguridad Social 375.492 pesetas y hacer frente a gastos como el combustible, 378.000 pesetas, o la amortización del vehículo, 461.666. En la lista de pagos también se incluyen 150.000 pesetas en concepto de IVA y 100.000 pesetas por IRPF. Estas cifras coinciden con las cuentas de los autónomos. A cambio, los ingresos medios diarios ascienden a 11.700 pesetas. Pero estos cálculos no son compartidos por los asalariados. Según José Romero, representante de UGT y asalariado durante 18 años, en el taxi se gana "mucho dinero", aunque hay que dedicarle muchas horas. Romero considera que el taxi es un negocio que, "sin matarse", aporta 200.000 pesetas mensuales. El principal problema es el mercado negro de licencias. Actualmente, en este cambalache ilegal, la licencia ha alcanzado un valor de más de seis millones de pesetas. Una cifra muy superior a las 152.000 pesetas fijadas por el Ayuntamiento. Sin embargo, el director del área municipal de Tráfico, Pedro Medina, afirma que "no existe" este supuesto mercado negro, ya que hay establecidos una serie de requisitos para evitar la picaresca y la transmisión de licencias. "Pero hecha la ley, hecha la trampa", recordó José Romero. El reglamento municipal establece, entre otras cosas, que se pueden transferir dichas licencias cuando se den ciertos requisitos: si el propietario de la misma fallece, esta licencia puede pasar a su cónyuge; y si éste se encuentra imposibilitado para explotar la misma como actividad exclusiva, tiene derecho al tanteo cualquier otro heredero. Asimismo, pueden ceder sus derechos aquellos profesionales que demuestran su incapacidad por enfermedad o motivos de fuerza mayor. También se establece que el conductor haya mantenido su titularidad más de cinco años para poder transmitir la misma al conductor asalariado, que como mínimo debe tener una antigüedad laboral de un año. En este supuesto se suelen dar más fácilmente los presuntos fraudes. Pero, aunque nadie se atreve a dar nombres, muchos aseguran que este negocio ilegal es bien conocido, incluso por el Ayuntamiento. Fuentes del sector citan a un concesionario de coches como supuesto escenario de cesiones de licencias.