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Villapalos ensaya en las nuevas facultades de Aranjuez la fórmula de la fundación

La Consejería de Educación y Cultura va a tener mucho que decir en el futuro campus de Aranjuez, que dará sus primeros pasos durante el próximo curso académico 1999-2000. Las facultades que se implanten en la ciudad ribereña dependerán en lo académico de la Universidad Complutense, pero su gestión correrá por cuenta de una fundación, a la que se ha bautizado con el nombre de Felipe II. Integran este organismo la Comunidad, el Ayuntamiento arancetano y la Complutense, con lo que la Administración se queda en mayoría frente a la universidad.

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Seis titulaciones y tres sedes

Conseguir que Aranjuez (municipio gobernado por José María Cepeda, del PP), fuera sede universitaria ha llevado mucho tiempo. El hoy consejero Villapalos ya lo intentó en 1993, cuando era rector de la Complutense. Luego llegó el frustrado proyecto de implantar allí la Institución SEK, titular de la recién aprobada Universidad Camilo José Cela. Después, la consejería intentó que la universidad pública más joven, la Rey Juan Carlos, asumiera el nuevo campus, pero el rector protestó por la dispersión de sus dependencias (Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada y Vicálvaro).Al final, el proyecto universitario para Aranjuez se ha retomado de la mano de la Complutense, regida por Rafael Puyol,pero con la gran novedad de la constitución conjunta de la Fundación Felipe II. Así, la institución universitaria sólo aporta su nombre y la venia docendi (la autorización académica para que los profesores impartan sus clases). En cambio, la administración y gerencia queda en manos de la fundación, que asume en la práctica el control del campus. Esta vez, la autonomía universitaria queda relegada a un segundo plano.

El director general de Universidades, Vicente Ortega, avaló ayer esta fórmula como un medio para agilizar la gestión de las nuevas instalaciones educativas. "La fundación aporta al centro un soporte jurídico y facilita los trámites. Así, la contratación del profesorado será más flexible", apuntó. Ortega comparó el funcionamiento de esta fundación con el de los patronatos que rigen los centros adscritos (entidades privadas que emiten títulos avalados por una universidad pública).

Sin embargo, la noticia no obtuvo una acogida calurosa en las filas de la oposición. Al responsable de temas educativos de IU, Jaime Ruiz, la fórmula le recuerda a la que el Insalud pretende implantar progresivamente en buena parte de los hospitales públicos. La socialista Carmen Ferrero aseveró: "Es una figura interpuesta para hacer algo en lo que ya se dispone de recursos eficaces".

Las críticas también llegaron de la Conferencia de Rectores. "Es un modelo perverso. Si la Administración quería más servicios universitarios, podía promover otra universidad. Pero no: éste es un modelo privado con gestión pública", apuntó una fuente. Y agregó: "En el fondo, Villapalos ha buscado una fórmula para asegurarse el control del nuevo campus".

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