Dos guardias civiles y cuatro funcionarios de prisiones, expedientados por la fuga de Alcalá
Antes de que los tres presos saltaran la alambrada que hacia su libertad, la alarma zumbó insistentemente durante ocho largos minutos. Era la tercera vez que sonaba en la escasa media hora que duró la evasión de los jóvenes reclusos de Alcalá-Meco. Pero el guardia civil encargado de la sala de control de alertas no le hizo aparentemente el menor caso. El director general del cuerpo le ha expedientado, junto al cabo responsable de la seguridad durante ese turno. El director de Instituciones Penitenciarias ha hecho lo mismo con cuatro funcionarios. El PSOE ha pedido que el ministro del Interior, Jaime Mayor, comparezca en el Senado para dar explicaciones de esta insólita fuga ocurrida el sábado en el penal de alta seguridad.
José María Muñoz Jiménez, de 21 años; Sebastián Utrera Fernández, de 20, y Raúl G. S., de 17, seguían ayer por la tarde disfrutando de la libertad que consiguieron el pasado sábado. "Seguro que ni ellos mismos se creen que pudieran evadirse con la facilidad con que se evadieron", comentaba un funcionario penitenciario.Ante tan esperpéntica fuga, el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, y el de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, no han dudado en abrir expediente y suspender de funciones a seis de sus subordinados.
López Valdivielso ha actuado contra el cabo que era responsable de la seguridad del penal madrileño durante la tarde del sábado y, además, contra el guardia civil cuya misión era controlar la sala de alarmas. Yuste ha suspendido cautelarmente a los dos funcionarios responsables del módulo en el que estaban los tres fugitivos, así como a otros dos encargados de la barrera de control de salida del recinto carcelario.
López Valdivielso ha iniciado un expediente disciplinario por falta grave contra el jefe de seguridad del turno en el que se consumó la escapada, así como contra "el guardia civil responsable de la desactivación de las alarmas, que permitió la fuga de los reclusos", según una nota de la dirección general del instituto armado. Dos comandantes se personaron ayer en Alcalá-Meco para investigar el suceso sobre el terreno.
Fuentes penitenciarias resaltan que la supuesta responsabilidad del encargado del control de las alarmas es especialmente significativa, ya que ésta es su "única misión" durante la jornada laboral. "Es cierto que los detectores son muy sensibles y saltan con facilidad, pero con la misma facilidad se puede comprobar a través de las cámaras de televisión, orientables, si la alarma es real o si ha sido causada, por ejemplo, por un pájaro u otra circunstancia", comentó una fuente penitenciaria.
Ante la supuesta negligencia de cuatro funcionarios del penal de alta seguridad, Yuste ha expedientado a dos trabajadores encargados del módulo 2, en el que estaban los evadidos, y a otros dos por no mantener cerrado un portón metálico que, al menos, habría dificultado la salida del coche de los fugitivos.
Los dos funcionarios encargados del módulo 2 son dos trabajadores que aún estaban en periodo de prácticas. Supuestamente, debían haber impedido que a las seis y media de la tarde del sábado estuvieran en el patio alrededor de una treintena de jóvenes reclusos, ya que a esa hora había una densa niebla. Y si hay niebla lo usual es que se les obligue a estar dentro del módulo.
Los otros dos funcionarios expedientados estaban encargados de vigilar unas barreras de contención y mantener cerrado un portón metálico que da acceso a un camino habitualmente usado por ambulancias y otros vehículos de urgencias para entrar en el recinto carcelario. Este servicio corría a cargo de guardias civiles hasta hace un mes, pero desde entonces fue asignado a funcionarios de prisiones.
Después de saltar muros y alambradas, los tres fugitivos pudieron huir fácilmente a través de ese camino con el coche de un cabo de la Guardia Civil robado unos segundos antes. Un agente, que estaba a tan sólo unos metros, en la garita del control de salida habitual, sólo pudo ver cómo huían y disparar un tiro al aire. Jesús Calvo, el director del penal, no escurrió el bulto al declarar que la fuga es consecuencia de "la negligencia de todos", y de que nadie actuó "con la más mínima diligencia". Tras descartar que José María Muñoz, Sebastián Utrera y Raúl G. tuvieran planeada la fuga, aseguró que tampoco contaron con ayuda externa. Calvo dijo que "las maletas de un director de prisiones están siempre dispuestas para lo que decida el director general" al ser preguntado si considera la posibilidad de dimitir por lo ocurrido.
El ministro del Interior, Jaime Mayor, considera que esta fuga es "una excepción a una regla de buen funcionamiento de todos los miembros de la Guardia Civil". Mayor resaltó que este cuerpo es responsable de la seguridad de 60 cárceles, en las que este año sólo se han producido dos evasiones en sentido estricto, es decir, burlando los dispositivos de seguridad. Otros reclusos se escaparon en otras cuatro ocasiones, pero valiéndose de un permiso temporal o del régimen abierto.
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