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Schröder sondea a las industrias para abandonar la energía nuclear

Pilar Bonet

El canciller alemán, Gerhard Schröder, inició ayer los sondeos que, en teoría, deben convertir Alemania en un país sin centrales nucleares. Schröder se reunió con cuatro dirigentes de la industria nuclear con objeto de preparar las negociaciones con este fin, que están previstas en el programa de coalición del Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes. El canciller quiere presidir personalmente las negociaciones desde enero.En la reunión de ayer, a la que asistieron directivos de Viag, RWE, Vega y Energie Baden-Württemberg, estuvo el ministro de Economía, Werner Müller, que no está afiliado a ningún partido y en el pasado trabajó para el sector nuclear. Sin embargo, no había sido invitado el ministro de Medio Ambiente, el verde Jürgen Trittin.

El Ministerio de Medio Ambiente es el encargado de redactar la nueva ley para regular la energía nuclear. Un portavoz del departamento manifestó ayer que el proyecto estará listo antes de que se comience a negociar con los representantes de la industria.

La ley, según dijo, recogerá los seis puntos previstos en el programa de coalición, entre los que figura suprimir el fomento de la energía atómica como fin de la política energética, el incremento de los controles de seguridad, las restricciones de almacenamiento y transporte de residuos y mayores previsiones de cobertura de riesgos. El Gobierno quiere evitar las indemnizaciones a la hora de abandonar la energía nuclear, lo cual obligará a ritmos dilatados basados en los plazos de explotación de las centrales existentes en Alemania.

La desnuclearización civil prevista por el Gabinete rojiverde está creando tensiones tanto en foros internos como internacionales. Al término de la reunión, Schröder manifestó que éstos quieren que se respeten los derechos de propiedad y de los accionistas. El canciller advirtió de que, si no se respetan los acuerdos internacionales, Alemania corre el riesgo de que le pidan daños y perjuicios.

En la cumbre de Potsdam, Alemania y Francia fundaron un grupo de trabajo para evaluar las consecuencias del abandono de la energía nuclear en el primer país. El presidente Jacques Chirac pasó revista a los problemas que Alemania debe afrontar, desde el incierto futuro de las nuevas generaciones de reactores (más seguros que sus predecesores), las consecuencias de la decisión alemana sobre las emisiones de CO2, así como sus consecuencias sobre la cooperación prometida a Rusia y a los países de la ex URSS en materia nuclear.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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