Pujol recuerda a Aznar que, tras la entrada en el euro, la prioridad de CiU es el pacto fiscal

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, recordó ayer al Gobierno de José María Aznar que, tras la entrada de España en la Unión Monetaria Europea, objetivo que condicionaba el apoyo de CiU al Ejecutivo, ahora la meta prioritaria de los nacionalistas catalanes es conseguir un nuevo sistema de financiación de su autonomía. El modelo financiero actual es, en opinión de Pujol, una amenaza para la autonomía, la identidad, la competitividad y el Estado de bienestar en Cataluña. El presidente catalán reiteró y subrayó ayer esta idea en una conferencia pronunciada en el foro Tribuna Barcelona, en la que insistió en su demanda de más poder político y económico para la Generalitat.

Jordi Pujol demostró ayer una vez más que la demanda de un pacto fiscal con el Estado que dé a Cataluña un sistema de financiación similar al del País Vasco (recaudación del 100% de los impuestos por parte del Gobierno autónomo, que posteriormente transfiere al Estado una parte acordada) constituirá el eje principal y prioritario del discurso de los nacionalistas catalanes a partir de ahora y a lo largo de la próxima legislatura. Y, obviamente, en las diversas campañas electorales que atravesará el país durante los próximos 15 meses. El presidente de la Generalitat admitió de antemano que esta reivindicación topará con grandes dificultades. Pero hizo hincapié en que el Gobierno catalán debe impedir que, a causa de la permanencia de un sistema de financiación que CiU considera totalmente injusto, la autonomía, la economía y la cohesión social de Cataluña queden bloqueadas en el horizonte del año 2000 o el 2001. "Nuestra financiación", dijo Pujol, "se ha de tomar en consideración de acuerdo con criterios de solidaridad, pero también teniendo en cuenta que tenemos necesidades y posibilidades de país avanzado. Es más, tenemos obligaciones de país avanzado. Hacia nosotros mismos como país, hacia los ciudadanos de Cataluña e incluso hacia el conjunto de la economía y la sociedad españolas". El presidente de la Generalitat trazó, por lo demás, un horizonte de futuro halagüeño para Cataluña. Un horizonte que, insistió, será inviable sin un nuevo sistema de financiación. También sin una mayor cuota de poder político para el Gobierno catalán, agregó. Poder político, abundó, para tomar desde Cataluña "las decisiones que convienen a la sociedad y a la economía catalanas"; poder político para avanzar en la voluntad de autogobierno y en la afirmación nacional de Cataluña, y para "hacer funcionar el país con eficacia". Mecanismos legales Detalló el líder de CiU algunos mecanismos legales para dotar al Gobierno catalán de más poder sin necesidad de reformar la Constitución. Se refirió, así, a "la utilización a fondo y con amplitud del artículo 150.2 de la Carta Magna, en lo tocante a delegaciones de competencias del Estado a las autonomías, y al artículo 150.1, que ofrece la posibilidad de que las Cortes puedan atribuir a algunas comunidades autónomas la facultad de dictar normas legislativas. "Tanto una vía como la otra pueden dar, si se quiere, mucho juego", señaló. También mencionó Pujol en el mismo paquete de mecanismos la aplicación del concepto de Administración única, la recuperación del concepto inicial de competencia exclusiva, la posibilidad de revisar un buen número de leyes que, a juicio de los nacionalistas, limitan la autonomía catalana y respecto a las cuales el Tribunal Constitucional considera que, siendo constitucionales, una interpretación más autonomista de las mismas normas también encajaría perfectamente dentro de la Constitución. "Hay un montón de mecanismos nada excepcionales que permitirían modificar muy a fondo el contenido autonómico", manifestó el presidente catalán. "De hecho, eso convertiría a la Generalitat en autoridad y administración únicas en Cataluña, a excepción de las competencias que la Constitución reserva con carácter de exclusividad y de manera ineludible la Administración central".