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Los expertos proponen revisar los tratamientos de fertilidad femenina

5 de cada 100 mujeres tratadas con hormonas sufren hiperestimulación ovárica

El síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) es una complicación que se deriva de los tratamientos de reproducción asistida, que afecta de forma grave al 1% de las pacientes y de forma moderada a 5 de cada 100. El problema radica en que el 90% de las pacientes responde bien a la dosis estándar de hormonas de la fertilidad (FSH) que se administra para obtener más ovocitos, ya que la mujer sólo produce uno al mes. Pero hay otro 5% que no responde si no se incrementa la dosis, y otro 5% que responde produciendo muchos ovocitos. El efecto indeseable de los medicamentos empleados para estimular al ovario e inducir la poliovulación es que una vez extraídos los óvulos, los ovarios expulsan líquidos corporales (suero) al abdomen, lo que puede dar lugar a trombosis o fallos renales, ya que los vasos sanguíneos pierden sangre.Este 1% de mujeres a las que afecta de forma grave el síndrome de hiperestimulación ovárica suelen ser jóvenes menores de 30 años, cuyos ovarios presentan a menudo aspecto poliquístico. Precisamente, expertos de todo el mundo reunidos la pasada semana en Valencia en un simposio dedicado a este síndrome han tratado de dilucidar el origen del ovario poliquístico, un fenómeno descubierto hace unos 30 años y asociado tradicionalmente a mujeres obesas, estériles, con trastornos menstruales y vello en el rostro.

Antonio Pellicer y Carlos Simó, codirectores del Instituto Valenciano de Infertilidad y organizadores del simposio, estudian además qué moléculas son las posibles inductoras de la salida de líquido al abdomen aumentando la permeabilidad de los vasos. Estos especialistas señalan como principal candidata una molécula denominada Vascular Endothelial Growth Factor, producida por las células del endotelio y el ovario.

"Estamos convencidos de que para evitar el síndrome de hiperestimulación ovárica debemos reducir las dosis de hormonas de la fertilidad que administramos para incrementar las tasas de embarazo".

Ahorro farmacéutico

Esta reducción, además de rebajar el riesgo de hiperestimulación, supondría, según Pellicer, un ahorro farmacéutico considerable ya que el precio de los tratamientos con hormonas de la fertilidad se sitúa entre 40.000 y 60.000 pesetas por caja y son necesarias entre tres y cuatro cajas por paciente.Pellicer baraja también la posibilidad de utilizar ciclos espontáneos. Se trataría, en este caso, de extraer los óvulos inmaduros sin inducir a la ovulación (para madurarlos en laboratorio) y, una vez lograda la fecundación, congelar los embriones para su futura implantación.

La ley española de reproducción asistida es una de las más avanzadas de Europa y permite la congelación de embriones pero no la de óvulos, lo que impide a los investigadores valencianos crear un banco potencial de ovocitos.

"Estas jornadas han demostrado que nos queda mucho por aprender sobre la hiperestimulación ovárica", apunta Pellicer, quien considera que lo más importante es buscar las células sobre las que actúan los fármacos y averiguar el efecto real que producen las drogas de la fertilidad sobre el endotelio y los vasos sanguíneos.

Además del síndrome de hiperestimulación ovárica, los tratamientos de fertilización originan un aumento de los embarazos múltiples, con el consiguiente riesgo para la madre y los fetos.

No existen datos sobre la tasa de embarazos múltiples en los tratamientos de fertilización, pero sí cuando ésta se utiliza en combinación con la fecundación in vitro. Datos del registro de fecundación in vitro de Cataluña señalan que entre el 33% y el 36% de las mujeres sometidas a técnicas de reproducción asistida tienen embarazos múltiples.

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