Hacia la buena vida

Hace dos décadas los disidentes políticos chinos escribían sus lemas en carteles y los colocaban en el Muro de la Democracia. (...) Los actuales disidentes envían sus mensajes por fax, teléfono, buscador y correo electrónico. Cuando el disidente Xu Wenli fue arrestado por intentar organizar un partido político de oposición, las noticias se difundieron a través del ciberespacio, llegando en el acto a miles de usuarios de Internet en toda China y a la diáspora de lengua china dispersa en el mundo. (...) Las nuevas tecnologías han transformado el de bate político. Una de las fuentes de noticias sobre el partido de Xu fue una revista electrónica llamada Da Cankao, que afirma llegar a 250.000 direcciones de correo electrónico en China. (. . .) La semana pasada fue juzgado en secreto en Shanghai un ingeniero informático acusado de poner en peligro la seguridad nacional al suministrar 30.000 direcciones de correo electrónico a Da Cankao. (. . .) Pero, aunque los gobernantes chinos no están dispuestos a tolerar la creación de un partido de oposición, sí se producen cambios políticos en otros ámbitos. En los mismos momentos en que Xu y otros disidentes eran juzgados, estaba en marcha un movimiento en pro de la reforma de los caóticos tribunales chinos. Recientemente, los medios de comunicación locales han difundido la idea novedosa de que los presuntos delincuentes tienen derechos, incluyendo el derecho a un abogado. Se presta más atención a las formas: los policías que detuvieron a Xu mostraron puntillosamente una orden oficial de detención y una orden de búsqueda y captura.

, 14 de diciembre