Ardanza insta a los educadores a que preparen a los jóvenes en los valores de la libertad y la igualdad
El lehendakari en funciones, José Antonio Ardanza, hizo ayer un llamamiento al mundo de la educación para que no se contente con preparar buenos profesionales que "ganen la batalla de la competitividad", sino que contribuya a formar hombres y mujeres comprometidos con la libertad, la igualdad y la fraternidad. Ardanza abrió así el acto institucional convocado por el Gobierno en Vitoria para celebrar el 50º aniversario de la aprobación de la Declaración de Derechos Humanos. Asociaciones y organismos públicos realizaron actos similares en toda Euskadi.
Ardanza planteó ante los ciudadanos que acudieron al acto -entre los que se encontraban la inmensa mayoría de los consejeros del Gobierno y el presidente del Parlamento vacso, Juan María Atutxa- una reflexión exigente al analizar los cincuenta años transcurridos dede que Naciones Unidas aprobase la Declaración de Derechos. La tardanza en reconocer los derechos humanos y la deficiencia en respetarlos una vez reconocidos llevaron al lehendakari en funciones a plantearse una pregunta: "¿Qué le pasa a la humanidad para que le haya costado tanto tiempo tomarse a sí misma en serio y qué le sigue pasando para que aún encuentre tantos obstáculos en orden a poner definitivamente a salvo su propia dignidad". De esta forma, abogó por internacionalizar el ámbito judicial para que las violaciones de los derechos humanos no queden impunes o al arbitrio de iniciativas personales. "Los estados comprometidos con la Declaración tienen la obligación de dotar a la comunidad internacional de los instrumentos jurisdiccionales pertinentes", dijo. Víctimas de la violencia Ardanza recalcó la importancia de que sean los ciudadanos del mundo los que tomen conciencia de su propia dignidad. "La sociedad tiene que impedir que ningún miembro de nuestra familia humana sea utilizado por otro como instrumento al servicio de su propio interés o del interés de su causa". En el acto organizado por el Gobierno en el Palacio de Congresos Europa de la capital alavesa también tuvieron voz las víctimas del terrorismo. Rosa Rodero, viuda del sargento mayor de la Ertzaintza, Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA, y Laura Martín, viuda de Juan Carlos García Goena, la última víctima de los GAL, compartieron discurso. En su intervención, apelaron a la reconciliación como la única vía para eliminar la fractura social que ha dejado el terrorismo en Euskadi. "La reconciliación", señalaron ambas, "es un rasgo de humanidad, o puede serlo, si pensamos en las generaciones venideras y para que no vuelvan a ocurrir situaciones como las que nos ha tocado vivir es preciso convertir los derechos humanos en una cuestión colectiva. Todos los derechos humanos y para todos". En esta línea, incidieron en que el perdón no es posible sin los encuentros entre las víctimas de un lado y de otro (de ETA y de los GAL) y sin que esos contactos vayan acompañados de las "necesarias medidas de justicia. La paz tiene que asentarse en la dignidad y en la justicia, en el reconocimiento de los derechos de las víctimas como parte más débil e indefensa, víctimas que tenemos una especial responsabilidad a la hora de denunciar la violación futura de los derechos humanos, cada día y en cada lugar". Los niños no dejaron pasar la oportunidad que les brindó el acto y en una declaración leída por Janire Betolaza y Rubén Pancorbo recordaron a los "mayores" que cuando tengan que decidir algo que les afecte "tengan en cuenta la Convención sobre los Derechos del Niño, porque de ustedes [los adultos] depende en buena medida que podamos [los niños] hacer realidad nuestros sueños". Actos en toda Euskadi recordaron los 50 años que ha cumplido la histórica Declaración de la ONU.
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