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El secuestrado de Cambados llamó por el móvil desde el maletero de su coche

El teléfono móvil que José Luis Gómez Cores, secuestrado el sábado en Cambados (Pontevedra), pudo utilizar mientras lo trasladaban en el maletero de su coche, puso a la policía sobre la pista de sus raptores. La negociación del rescate con la madre y un tío del secuestrado, en la localidad portuguesa de Cascais, permitió, la tarde del lunes, la liberación en Caminha del joven y la detención de la banda que perpetró la operación, dirigida por Antolín Fernández Pajuelo, natural de A Guarda y buscado en España y Portugal.

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Para custodiar a Gómez Cores en Caminha, después de alquilar un chalé al efecto en esta localidad portuguesa, justo enfrente, como quien dice, de su casa en A Guarda, Fernández Pajuelo recurrió a su padre, dueño de un vivero de marisco, que sólo tuvo que cruzar el río Miño para cumplir la tarea.La policía pudo identificar a Fernández Pajuelo, y confirmar su participación en el secuestro, al acudir él, personalmente, al encuentro con la madre y un tío de Gómez Cores, convocados a Cascais, cerca de Lisboa, para fijar las condiciones del rescate. Lo que les pidió está protegido por el secreto del sumario.

El delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, no quiso informar sobre el móvil del secuestro, "económico o de chantaje". "Es prematuro concretarlo", señaló. La hipótesis inicial lo relacionó con la destrucción de maquinaria pesada, en varios incendios intencionados anteriores, de la empresa de José Luis Gómez Falcón, padre del secuestrado, y todo ello relacionado con una presunta deuda contraída por éste en operaciones de contrabando o narcotráfico. Diz Guedes confirmó que las fuerzas de seguridad habían investigado en alguna ocasión a Gómez Falcón.

La Policía Judiciária portuguesa ha trabajado con la asistencia de dos funcionarios de la Policía Nacional española.

Horas después del encuentro con la madre del secuestrado, el cabecilla de la banda y sus dos compinches -un colombiano, N. R. R., y un coruñés, J. A. J. L.- fueron detenidos en el hotel en que se hospedaban, en la misma Cascais, una localidad turística.

Otros policías entraban al mismo tiempo en el chalé de Caminha (una localidad en la orilla portuguesa del Miño, a unos 20 kilómetros de la frontera de Tui) donde permanecía Gómez Cores custodiado por Francisco Fernández Silva, padre de Fernández Pajuelo.

El secuestrado estaba amordazado y esposado en una habitación del primer piso del chalé cuya puerta no se podía cerrar del todo porque de ella salía una cadena de varios metros que ataba a Gómez Cores al pasamanos de la escalera.

En la casa se encontraron una pistola y un revólver, munición para ambas armas y acreditaciones falsas de miembros de los cuerpos de seguridad.

Gómez Cores, de 21 años, fue secuestrado el sábado por la tarde en Corbillón-Cambados, en las inmediaciones de la empresa familiar, Excavaciones J. L. Gómez, que acababa de dejar.

Su madre, su hermana y varios vecinos pudieron presenciar los hechos. Dos individuos que se identificaron como policías, después de un breve forcejeo y a punta de pistola, le obligaron a introducirse en el maletero de su coche, un Nissan Patrol, sin registrarle.

El secuestrado pudo así utilizar su teléfono móvil para conectar con conocidos y darles detalles de su situación.

El Nissan fue localizado el domingo por la noche, completamente calcinado, en el lugar de Aí, del municipio de Meis, colindante con Cambados.

Los secuestradores habían cambiado a un Renault 21, con el que trataron de pasar a Portugal por la raia seca, en concreto, por los puestos ourensanos de Ponte de Barxas y Cortegada, confiando en que por su condición remota no hubiera en ellos controles policiales. No fue así y, para soslayarlos, volvieron hacia Vigo, para cruzar a Portugal, supuestamente por la frontera de Tui.

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