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Bruselas lucha contra el "nacionalismo" de la TV francesa

Al Gobierno francés se le acumulan los problemas en el sector audiovisual. No sólo se encuentra con los problemas políticos y las presiones internas que han empantanado su proyecto de reforma del marco regulador de las televisiones, sino también con las amenazas legales que llegan desde Bruselas en contra de la legislación existente. La Comisión Europea considera que Francia no cumple la directiva de Televisión Sin Fronteras (TSF) y ha recurrido al Tribunal de Justicia europeo para que este órgano dictamine sobre el litigio.Bruselas lamenta que París sólo se preocupe de regular las emisiones televisivas cuyas frecuencias se encuentran bajo la gestión del Consejo Superior Audiovisual (CSA) mientras deja en el vacío jurídico las emisiones por satélite que llegan desde otros países. La Comisión reprocha también las limitaciones que Francia impone a menudo a los canales que no emiten en francés, ya sea en materia de publicidad o a través de restricciones a la instalación de antenas parabólicas.

No se trata únicamente de la lengua, sino también del hecho de que la ley interna no acepta que una sociedad francesa pueda radicarse en otro país, para beneficiarse de la legislación del mismo, y a continuación realice emisiones que cubran la geografía francesa.

Y si en todas esas cuestiones la legislación francesa parece poco dispuesta a dar facilidades a los canales no francófonos o que escapan a su vigilancia, no sucede lo mismo en materia de pornografía, desde el punto de vista de Bruselas. En este caso, París no ha aplicado a su legislación la parte de la directiva que, en función de la protección a los menores, permite sancionar a los que emiten cine pornográfico sin respetar ciertas condiciones.

A efectos del derecho de Francia, la cuestión es que el código penal de este país, que considera como cómplices a los que "compran" una emisión no legal -es lo que se aplica a los que adquieren vídeos pornográficos protagonizados por menores- ha sido hasta ahora considerado como arma disuasoria de suficiente fuerza.

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