García Baena ultima un libro en homenaje a Lorca tras la reciente publicación de su poesía completa
El escritor cordobés Pablo García Baena no ha dado por cerrada su obra poética. De hecho, prepara para 1999 la publicación de un nuevo libro. Se trata de un homenaje a Federico García Lorca. El libro se llamará Impresiones y paisajes, que fue también el nombre de la primera obra publicada por el granadino. Impresiones y paisajes, que incluye una docena de poemas, será publicado en Cuenca "en una edición hasta cierto punto para bibliófilos". García Baena (Córdoba, 1923) ha publicado recientemente el libro Poesía completa (1940-1997) en la mítica editorial Visor.
García Baena prevé que, con el tiempo, Impresiones y paisajes sea la base de un libro mayor, consolidado con más poemas. "Impresiones y paisajes es un título que resulta un poco anticuado y pasado de moda", reconoce el poeta, antes de reafirmar su deseo de publicar su obra con este nombre como "un pequeño homenaje" a Lorca. El poeta granadino es un polo de referencia para García Baena. El carácter andaluz de ambos es un poderoso nexo de unión. García Baena no comprende que Lorca pueda ser traducido. La diferencia de lenguas y culturas es, a su juicio, un obstáculo insalvable. "Hay poetas que sí se pueden traducir, como es el caso de Kavafis. Pero no acabo de entender que Lorca pueda ser comprendido en chino o en alemán", recalca el escritor en una conversación telefónica. Unos soñadores creyeron en la posguerra que la poesía podía cambiar el mundo. Gabriel Celaya proclamó que la poesía era un "arma cargada de futuro". Sin embargo, en los años cuarenta y cincuenta hubo otros poetas que intentaron salvaguardar la belleza de las palabras como algo valioso. García Baena es uno de estos poetas. El escritor cordobés estuvo entre los fundadores del grupo que se reunió en torno a la revista cordobesa Cántico, que comenzó su andadura en 1947. García Baena emprendió junto a Julio Aumente, Ricardo Molina y Juan Bernier la tarea de aquilatar el valor de la palabra como algo que jamás debe degradarse. Los poetas de Cántico trazaron una de las aventuras literarias esenciales de la posguerra. La poesía de Juan Ramón, la lírica francesa del simbolismo, las obras de André Gide y Walt Whitman, el arte sacro y, en general, cualquier movimiento artístico o literario que exaltase la belleza y la sensualidad fueron los imanes de este grupo de poetas. "Cántico sólo intentó hacer poesía, sin preocuparse de las modas. Esto lo hizo en una época en que predominaba la poesía social", asevera García Baena. El escritor recurre a las palabras de otro poeta, Guillermo Carnero, a la hora de explicar el papel de Cántico en la poesía española. "El subtítulo del libro que escribió Carnero sobre el grupo Cántico lo define así: "Una ventana abierta en el panorama de la poesía española de posguerra". Creo que esto contesta a la pregunta de qué papel jugó Cántico", opina García Baena. "Lo importante es que cada poeta encuentre su voz auténtica. Porque la poesía queda desvanecida con todo lo que sean modas", indica el escritor. García Baena encontró su voz en una trayectoria poética y vital llena de claros y lugares sombríos, como los de aquellos bosques medievales que temían los caballeros, pero que, a la vez, escondían prodigios. "Oh, sí, la vida es como un bosque. / Un bosque donde un día entramos confiados. / Un bosque interminable / que sólo acaba cuando creemos liberarnos de sus torpes lianas, / de sus cicutas híbridas / y de la saeta cómplice y venenosa de sus flores", dice el inicio del poema La vida es como un bosque, del libro Antiguo muchacho (1950).
El fervor caído de Gide
El escritor Luis Antonio de Villena es el autor del prólogo de la edición de la poesía completa de Pablo García Baena. Villena compendia la obra de García Baena con una frase de André Gide, el autor de Los monederos falsos, el primer desengañado de las promesas del paraíso soviético, el defensor de la homosexualidad, el gran intelectual que marcaba opiniones en el primer tercio de siglo... El novelista francés era, además, una de las referencia del grupo Cántico. "La melancolía es el fervor caído", escribe Gide. Y concluye Villena: "Sólo quien de verdad sintió las flores de la pasión, el fuerte deseo, puede después escribir de añoranza...".
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