La recepción de los desencuentros

El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, reunió anoche a cientos de invitados en la sede de la Presidencia para celebrar el vigésimo aniversario de la Constitución. Entre ellos estaban el ministro de Defensa, Eduardo Serra; el presidente del Tribunal Constitucional, Alvaro Rodríguez Bereijo y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano. Ruiz-Gallardón destacó la estrecha relación entre la Carta Magna y la solidaridad que debe existir entre las comunidades. Tras sus palabras, actuó el cantante Hilario Camacho.Pero a la primera canción, el alcalde decidió retirarse, sin ni siquiera tomar un canapé. El concejal de IU Franco González abrió entonces el fuego. "No soporta no ser la prima donna de una fiesta", dejó caer en una noche de encuentros y desencuentros entre políticos.

El gerente del Ivima, Juan José Franch, que hace unos días destapó en la Asamblea el cobro de dinero negro en la venta de terrenos destinados a viviendas públicas, fue más comedido en sus declaraciones. "No voy a decir ni palabra para no montar más líos", bromeó.

El concejal de Urbanismo de Madrid, Ignacio del Río, aprovechó el copetín para pedir a Ruiz-Gallardón una cita donde arreglar los múltiples desencuentros que le enfrentan con su homólogo regional, Luis Eduardo Cortés.

Mientras, el edil de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, se ufanó de los 30.000 millones que invertirá en recuperar los alrededores de la incineradora de Valdemingómez. "Estoy muy ilusionado con el proyecto, aunque nunca se sabe. Todo es muy complicado. Haces una cosa y te critican, no la haces, y también", se quejaba.

A su vez, el director general de Calidad Ambiental, Ignacio López-Galiacho, departía con un alto cargo del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). El directivo regional se mostraba preocupado por la situación de Aceites Ecológicos, una empresa dedicada al reciclado de lubrificantes industriales y que provoca las continuas quejas de los vecinos de Arganda del Rey. López-Galiacho reconoció durante la conversación que el robot introducido por la Comunidad en los desagües de la fábrica para encontrar posibles vertidos ilegales de la factoría había fracasado en su misión. "No ha encontrado nada", indicó.

El delegado del Gobierno, Pedro Núñez-Morgades, tras su último éxito policial, se pasó parte de la noche respondiendo preguntas de periodistas. "Ya tenemos identificado al cuarto secuestrador de la farmacéutica de Aranjuez. No sabemos dónde está, pero tenemos su nombre", repetía una y otra vez.

El consejero de Economía, Luis Blázquez, fue acorralado por el secretario general de la UGT, José Ricardo Martínez. Según Blázquez, el dirigente sindical se había acercado para intentar reducir "el distanciamiento" que separa ambas instituciones. Al tiempo, el edil de Bomberos, Carlos López Collado, bromeaba con el director general de Urbanismo, Pedro Ortiz, sobre la "moda del reversionismo". "Ahora todos son reversionistas. Salen por todas partes: en Charmartín, en la plaza de Castilla", decía. Y poco a poco, los invitados se fueron marchando. Muchos de ellos pidiendo no encontrarse con el mismo atasco con el que se habían topado a su llegada. Hubo algún concejal que reclamó la construcción urgente de las autopistas subterráneas. Y hubo, algún consejero, que replicó que lo mejor era el metro. "El de Ruiz-Gallardón, por supuesto", subrayó.