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El PCE se propone como prioridad desbancar a la actual dirección de Comisiones Obreras

El PCE no ceja en su intento de desbancar a la actual dirección de Comisiones Obreras (CC OO), a cuya cabeza está Antonio Gutiérrez, con la acusación de que su modo de hacer se aleja de las señas de identidad que siempre han caracterizado al sindicato. Las heridas que se abrieron hace tres años, en el XIV Congreso, entre el partido comunista y la central se han ahondado en el cónclave actual, en el que los delegados aprobarán hoy la adopción de instrumentos para hacer una política desde el partido que consiga "crear una nueva mayoría sindical".

"No queremos una visión nueva del sindicato, sino que sea lo que dice que es. Los comunistas vamos a defender lo que creemos que debe ser y nadie nos va a tapar la boca, aunque siempre acataremos lo que diga la mayoría". Estas palabras son de Julio Anguita, que hoy dejará de ser el secretario general del PCE para ser sustituido por Francisco Frutos, cuando se le preguntó el porqué de unos textos tan agresivos respecto a CC OO.En ningún momento se menciona por su nombre al secretario general del sindicato, Antonio Gutiérrez, aunque su figura planeó por este XV Congreso al igual que sobre el XIV. La mayoría de los 700 delegados no tienen duda alguna de que tienen que aprovechar desde ahora hasta el próximo, previsto para principios del año 2000, en el que Gutiérrez ya no será por voluntad propia candidato. El objetivo del PCE es que los críticos a Gutiérrez, cuyas figuras son Agustín Moreno y Marcelino Camacho, vayan tomando fuerza y derroquen a la actual mayoría.

Al igual que ocurriera hace tres años, en el anterior congreso, la relación del partido con el sindicato es el asunto de mayor significación política, dada la tranquilidad y ausencia de sobresaltos con la que se está despidiendo Anguita de la Secretaría General. A modo de declaración de principios, este congreso reafirma su interés en el sindicato. "Los militantes del PCE siempre hemos desarrollado nuestro trabajo sindical dentro de Comisiones Obreras. Hoy, a pesar de la represión que se ejerce dentro de esa organización hacia los afiliados que no comparten la línea oficial; a pesar de la profundización de los rasgos más antidemocráticos, así como su burocratización, el PCE apuesta por seguir y trabajar en CC OO". Éste es parte del texto que hoy votarán los delegados dentro del documento titulado El trabajo del PCE en el movimiento obrero.

Contraste de aplausos

La simpatía de los delegados del PCE por los críticos a Gutiérrez se puso de manifiesto en la sesión inaugural, cuando, al mencionar el presidente de la Mesa la presencia de Agustín Moreno, el auditorio se puso en pie, aplaudió con fuerza y coreó el clásico lema del sindicato: "Ce Ce O O, sindicato trabajador". Por contraste, la mención a los miembros de la dirección de la central sólo cosechó un tibio aplauso de cortesía.Esto no extraña a la luz de los documentos que ha aprobado el congreso, provenientes de la discusión del Comité Federal. El PCE considera que el sindicalismo actual ha debilitado sus vínculos con los trabajadores, ya que sus últimas negociaciones parecen "estar [más] orientadas a buscar la legitimación de los poderes económicos, políticos o institucionales que a conseguir las reivindicaciones de los trabajadores". Con esta visión, al PCE no le queda más remedio, al parecer, que ponerse a trabajar en la actividad sindical, por lo que creará secretarías del movimiento obrero en todas las regiones y provincias.

A largo plazo, ya sin prisa, el PCE se propone, desde la perspectiva teórica, "redefinir el socialismo" o, lo que sería lo mismo, nada menos que adaptar el Manifiesto Comunista de Marx y Engels a la sociedad actual. El ponente de estas materias, Manuel Monereo, reivindicó ayer la necesidad de defender los principios del Manifiesto, 150 años después de su redacción, pero teniendo en cuenta las "derrotas" del socialismo real. Pero cómo no defender los principios comunistas en un momento en el que los trabajadores se sienten "más débiles e inseguros que nunca", dijo Monereo. El muro de Berlín Eso sí, el PCE entona el mea culpa por "la demonización del mercado", aunque, como comunistas españoles, tienen poco de lo que arrepentirse, según matizó Anguita. Éste recordó la labor del partido en la lucha contra el franquismo, por lo que no se sintieron muy concernidos cuando la opinión pública y el resto de las fuerzas políticas se les echaron encima a la caída del muro de Berlín. "Nos pusieron junto a ese muro para fusilarnos", se dolió.

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Por lo demás, lo que en otros congresos ha sido caballo de batalla en éste pasa sin pena ni gloria. La elaboración de las listas ha generado escasa polémica. El congreso elegirá en torno a 100 personas, cuyos nombres, en su mayoría, están pactados entre las distintas familias. Las exclusiones lo han sido por motivos políticos, como en el caso de Javier Madrazo, coordinador de IU en el País Vasco, o por razones de funcionamiento. Ayer mismo, Luis Carlos Rejón aclaró que él ha pedido personalmente no estar en el Comité Federal.

Frutos explicó que un Comité Federal muy amplio plantea además problemas económicos que el PCE no está precisamente en situación de resolver. Sin embargo, ayer se filtraba que hay alguna dificultad para subir la cuota femenina hasta el 40% en los órganos de dirección. La solución ha sido de lo más simple: se ha decidido dejar para el próximo congreso elevar esa cuota hasta el 40% propuesto en principio.

Por otra parte, el congreso aprobó la celebración de una conferencia por la paz en Euskadi, aunque sin determinar la fecha. Esta iniciativa ha sido pospuesta en distintas ocasiones, ya que la asamblea de IU de hace un año también la aprobó sin que llegara a plasmarse en realidad.

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