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Cualquier cosa por aparcar

Hecha la ley, hecha la trampa. Aunque el Ayuntamiento de Pamplona la ha descubierto a tiempo. A partir del próximo 11 de enero, aparcar en el centro de la capital navarra empezará a costar dinero. Ese día entrará en marcha el sistema ORA (Ordenanza de Regulación del Aparcamiento) de estacionamiento con parquímetros de pago. Y ya ha comenzado la picaresca ciudadana para conseguir fraudulentamente alguna de las más de 8.000 tarjetas de residentes en el casco histórico de la ciudad o en su zona centro que les permita seguir aparcando allí sin ser realmente vecinos de esas zonas. Por ello, el consistorio ha iniciado una caza de brujas para determinar qué personas han cambiado su domicilio repentinamente y ahora residen en comercios o en casas de hermanos, padres, cuñados o amigos con el único propósito de lograr una de las tarjetas que, al precio de 5.000 pesetas anuales, se repartirán próximamente. Todos los falsos vecinos quieren optar a una de las escasas tarjetas que les permitirán aparcar sin límite horario en la zona correspondiente a su aparente domicilio. Los demás tendrán que pagar. En el centro histórico sólo podrán estacionar los vecinos y en el centro de la ciudad, delimitado por los denominados ensanches, el estacionamiento quedará limitado: dos horas de tiempo máximo costarán 240 pesetas. La fracción de media hora, 60, y 120 la hora completa. A las dos horas habrá que mover el coche. Papeles de divorcio Los letrados del Ayuntamiento no están dispuestos a transigir. Si alguien dice ser vecino de las zonas de aparcamiento restringido o limitado, pero su familia vive en otro lugar se le exigirá que documente su separación o divorcio. Es sólo un ejemplo. El día 20 de diciembre, el consistorio distribuirá las tarjetas a los verdaderos vecinos, es decir, a quienes sean residentes, carezcan de plazas de aparcamiento subterráneas otorgadas ya, tengan el vehículo a su nombre y además domiciliado en su mismo lugar de empadronamiento. Los sospechosos tendrán que esperar. La Jefatura de Tráfico ya advirtió días atrás que había repentinas colas para cambiar de domicilio muchos vehículos. Pero el nivel de investigación será aún más exhaustivo, ya que se han descubierto casos en los que algunas personas han puesto sus coches a nombre de invidentes para beneficiarse de las escasas plazas reservadas a minusválidos en el centro de Pamplona. Quienes realmente residan en el centro de la ciudad, pero sigan empadronados en otros puntos capitalinos o localidades deberán cambiar su empadronamiento y justificar que residían anteriormente en sus domicilios mediante la presentación de recibos de agua y luz. Pero no todo será rigidez. Aquellos profesionales que demuestren que sus vehículos les sirven para trabajar y para su vida privada y que por ello están a nombre de sus empresas, empadronadas fuera del centro podrán disfrutar de la tarjeta.

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