Pero, ¿aquí quién manda?
Al disiparse el humo -la niebla de la diplomacia-, Sadam Husein emergió sano y salvo la semana pasada de su enfrentamiento con Estados Unidos, y dispuesto a seguir engañando. Puede agradecérselo a Kofi Annan. Por tres veces, el secretario general insinuó su entrada en escena (...) y terminó por salvar a Sadam del más grave ataque a su régimen desde la Guerra del Golfo. (...) ¿Cómo sucedió? ¿Cómo es que el secretario general de una desdentada burocracia que no dispone de Ejército, carece de poder y pide dinero continuamente puede llegar a prevalecer sobre el presidente de EE UU? La respuesta es con ayuda, con ayuda de ese país. No hay que olvidar que durante la última crisis de febrero la secretaria de Estado Madeleine Albright dio su bendición a Annan para viajar a Bagdad y sacar adelante un acuerdo aparente que de hecho desarmaba a los inspectores de la ONU. (...) De forma constante, Clinton halle vado a cabo una renuncia gratuita de poder en favor de la ONU, respondiendo a su compromiso de seguirla voluntad de la comunidad internacional. Pero ésta no es sino una quimera de la imaginación liberal. Puede haber eventuales coincidencias de intereses entre las naciones en cuestiones concretas. Pero ¿comunidad? El término es sencillamente un invento para justificar la pasividad de EE UU. (...) ¿Por qué tiene que hincar la rodilla la única superpotencia mundial ante otros que no soportan ningún riesgo ni gasto y que a menudo tienen intereses contrarios a ella? (...)
27 de noviembre
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