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El PSE rechaza la exigencia del PNV de que sólo los partidos vascos decidan el futuro de Euskadi

Luis R. Aizpeolea

Los contactos entre PNV y PSE para reeditar el Gobierno tripartito en Euskadi amenazan con llegar a un punto muerto. El PNV ha planteado a los socialistas como condición imprescindible para sentarse de nuevo en el Ejecutivo que las decisiones políticas que adopten los partidos vascos en una futura la mesa de diálogo por la paz sean aceptadas sin más por las instituciones del Estado. La propuesta, recogida en un documento del PNV al que ha tenido acceso EL PAÍS, es vista por el PSE-PSOE como "absolutamente inasumible" y, además, como parte de una estrategia en la que el PNV "está escenificando su desacuerdo con el PSOE cuando tiene un pacto previo con EA y HB", como dijo ayer la dirigente socialista Rosa Díez.

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Las negociaciones para la formación del Gobierno vasco están entrando en su recta final. El próximo lunes, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) del PNV decidirá sobre la marcha de las negociaciones entre su partido y el PSE-PSOE, cercanas a la ruptura tras la reunión que el jueves mantuvieron delegaciones de ambos partidos. Los socialistas vascos sostienen que el PNV está simulando una negociación con ellos cuando tienen pactado de antemano un acuerdo con Eusko Alkartasuna y Herri Batasuna para formar un Ejecutivo de exclusivamente nacionalista. El proximo martes habrá una nueva reunión entre socialistas y peneuvistas.El texto que el PNV ha entregado al PSE-PSOE para negociar la formación del Gobierno vasco, de cuatro folios de extensión, fija seis puntos que considera "condiciones inexcusables a compartir en su integridad por parte de los partidos políticos que compongan la coalición que gobierne" el País Vasco".

Inspirado en el 'plan Ardanza'

El documento del PNV se titula "Modelo de pacificación y normalización: principios y criterios. La posición de EAJ-PNV en el Gobierno vasco. Legislatura 1998-2002". Está fundamentado en el llamado plan Ardanza de pacificación, rechazado el pasado 17 de marzo por el PP, PSOE y Unidad Alavesa (UA) en la Mesa de Ajuria Enea. Los puntos concretos se refieren a las premisas previas al diálogo entre los partidos vascos, a la interlocución, a las condiciones del diálogo y a los compromisos que implica su resultado.El documento separa claramente, en su preámbulo, el diálogo político entre los partidos vascos, incluida Herri Batasuna de la negociación entre el Gobierno central y ETA para buscar una salida al problema de los presos de la banda. Para ello se ampara en el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea sobre el final dialogado de la violencia con el desarrollo del acuerdo del 25 de junio de 1996 de la Mesa de Ajuria Enea.

El proyecto del PNV propone constituir una mesa de partidos vascos, incluida HB, en la que la interlocución esté limitada a las formaciones políticas, con lo que ETA no tendría representación. En esta futura mesa por la paz se abriría entonces un diálogo sin límites ni condiciones previas cuyas resoluciones finales deberían asumir las principales instituciones del Estado: Parlamento y Gobierno. Es, en definitiva, una interpretación del punto 10 del Pacto de Ajuria Enea según la versión del plan Ardanza.

Precisamente es este punto 6, referente a los resultados del "diálogo político resolutivo final", es el más conflictivo para los socialistas vascos. El documento señala: "Las instancias competentes del Estado, como parte concernida por el proceso (de paz), optan por, y declaran de antemano su disposición a dejar la resolución dialogada del conflicto en manos de los partidos representativos de la sociedad vasca; hacer propios los acuerdos que aquellos puedan alcanzar en las instituciones vascas y pactar con éstas su eventual incorporación al ordenamiento jurídico con el fin de que puedan resultar operativos".

Esta propuesta del PNV de exigir al Gobierno y al Parlamento que hagan "propios los acuerdos" que puedan alcanzar las "instituciones vascas" es considerada "antidemocrática" por los socialistas, según señala la dirigente del PSE Rosa Díez. "No se puede imponer a unas instituciones lo que decidan partidos pertenecientes a otras instancias".

El PSE-PSOE también ha enmendado otros puntos, como el 1, que bajo el epígrafe "premisas previas" señala: "Se precisa un cese ilimitado en el tiempo, por parte de ETA para poder realizar el proceso de diálogo y negociación". El apartado culmina con que "esta situación ya está producida". Los socialistas discrepan y señalan que para constituir la mesa de partidos vascos es necesario el "cese definitivo" de la violencia por parte de ETA y no tan sólo un "cese ilimitado".

En cuanto a los puntos 2, 3 y 5, sobre las condiciones en que debe producirse el diálogo, los socialistas discrepan de que al "diálogo político" en la mesa de partidos se le adjetive con un "resolutivo".

Por último, los socialistas vascos estiman que el apartado final del documento es inaceptable. Éste señala: "Estos seis principios-criterios constituyen, en opinión del PNV, las líneas estructurales que los partidos políticos integrantes de la coalición de Gobierno en la Comunidad Autónoma del País Vasco deben de compartir en su integridad". El documento finaliza señalando que "al margen de estos principios estructurales, quedan los legítimos planteamientos políticos que cada partido podrá plantear en la mesa de negociación y que constituirán la respectiva agenda negociadora y de resolución".

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