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La sociedad no está preparada para convivir con los seropositivos, según el Ararteko

"Mucha gente, cuando se enteró de que tenía anticuerpos, dejó de hablarme; sí gente conocida (...) Sí, aquí, en Bilbao". Múltiples testimonios recogidos en una investigación realizada gracias a una beca de la oficina del Ararteko, el Defensor del Pueblo vasco, ilustran la discriminación que los seropositivos padecen en Euskadi. El trabajo, la escuela, la cárcel, la Sanidad o la familia son terrenos en los que se dan casos. "Nuestra sociedad no está preparada para convivir con las personas seropositivas", aseguró ayer la adjunta al Ararteko, Mertxe Agúndez, en la presentación del estudio en Bilbao. "La falta de información y el miedo irracional a contraer el sida" son el origen de las actitudes discriminatorias, según Isabel Sánchez, autora de Rechazo social a las personas seropositivas en la CAPV. De todos modos, en sus conclusiones, asegura que la discriminación no es generalizada, aunque sí abundante. Para protegerse del rechazo y el aislamiento social los afectados optan por mantener en secreto que están infectados por el VIH. Sánchez recordó ha sido necesario un pacto de silencio entre profesores y médicos para garantizar que los 72 niños seropositivos que viven en el País Vasco puedan ir al colegio. Explicó también que tan solo una de las 14 personas seropositivas y enfermas tiene un trabajo asalariado, en una ONG. La autora recalcó la alarmante situación que padecen los marginados, sobre todo los drogadictos, que a menudo desconocen los cauces existentes para acceder a la atención sanitaria o los servicios sociales.

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