Borrell eludirá enfrentarse a Pujol para no restar protagonismo a Maragall

José Borrell va a rehuir, al menos de momento, cualquier enfrentamiento con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a la vez que ha puesto en marcha una serie de contactos con Pasqual Maragall para engrasar las relaciones entre ambos y allanar el camino hacia una victoria de los socialistas en las próximas elecciones catalanas. Ambos dirigentes participarán hoy en Barcelona en unas jornadas del PSC sobre la Unión Europea.

En una muestra de que se trata de una actitud política deliberada, Borrell esquivó el pasado martes, en una conferencia de prensa, ofrecer una respuesta frontal a la pretensión de Pujol de obtener plena autonomía fiscal para Cataluña mediante un modelo muy parecido al que rige en el País Vaso.Borrell se limitó a indicar al presidente de la Generalitat catalana que debería discutir sus pretensiones con todos los demás presidentes autonómicos, en un debate en el Senado. El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno ha explicado posteriormente en conversaciones privadas que no quiere convertir a Pujol en el blanco de sus críticas, puesto que su contendiente no es él, sino José María Aznar, y porque pugnar con el líder de CiU le colocaría en un terreno que corresponde plenamente a Pasqual Maragall, candidato socialista a la presidencia de la Generalitat.

Además, Borrell quiere suavizar un tanto la imagen de antinacionalista que se le atribuye y quiere evitar réplicas que puedan chocar innecesariamente con el tipo de mensaje político que le viene bien al ex alcalde de Barcelona.

Para mostrar que no existe antagonismo entre ambos, el máximo representante del PSOE acudió el pasado miércoles a un almuerzo organizado por la revista The Economist en Madrid en el que compartió la misma mesa con Maragall. Y hoy coincidirá con él en Barcelona en la clausura de unas jornadas organizadas por el PSC sobre la política exterior de la Unión Europea. Sus colaboradores daban ayer por seguro que ambos evitarán la posible contraposición entre sus mensajes respectivos, que sería aprovechada por Pujol en su campaña electoral.

Mientras Maragall tiene un tipo de discurso que puede ganar la confianza de personas que antes habían votado a CiU, Borrell puede movilizar en las elecciones autonómicas a muchos ciudadanos que en las generales sí acuden a las urnas para votar al PSOE o a Izquierda Unida.

El máximo representante del PSOE está convencido de que las elecciones generales no serán convocadas antes de un año y, si bien hasta hace poco estimaba que Pujol podía apurar el plazo de que dispone para convocar las elecciones catalanas, ahora presagia que esos comicios pueden llevarse a cabo el próximo mes de marzo. Una impresión que también comparte el Gobierno de la nación, a la vista de la exigencia de Pujol sobre la plena autonomía fiscal de Cataluña.

Aunque faltan varios meses para el inicio oficial de la campaña electoral de Maragall y, por tanto, no están todavía perfilados los principales actos ni elegidos los intervinientes, los colaboradores de máxima confianza de Borrell dan por seguro que éste tendrá una participación bastante activa, en consonancia con el hecho de ser el dirigente del PSC más votado en su último congreso y de que la suma de su figura a la de Maragall puede permitir a los socialistas rebañar votos en todas sus fronteras electorales. Además, Borrell quiere preparar el camino para conseguir, como logró Felipe González, ser en las elecciones generales el más votado en Cataluña y también en Andalucía.

Por otra parte, Borrell se entrevistó ayer por la mañana, en un hotel de Madrid, con Isabel Allende, hija del ex presidente chileno, y posteriormente aprovechó para destacar que, a la vista de la decisión tomada por los lores británicos sobre Pinochet, existen más razones que nunca para que el presidente del Gobierno cese al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, y al jefe de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño.