Aire para controlar el agua
El Consorcio de Aguas de Bilbao ya ha encontrado cómo reducir su primera causa de baja entre los encargados de controlar el consumo de agua. Con los nuevos contadores de agua vía radio los encargados se librarán de las dolorosas, complicadas y molestas mordeduras de perro que en más de una ocasión les han dejado en cama. El Consorcio presentó ayer lo que no se recató en calificar como "proyecto pionero" en España. El agua que gastan los vecinos de Lezama ya no se controlará con la linterna, la lupa y el espejito. De ahora en adelante con un terminal de radio y un nuevo contador provisto de antena, el Consorcio podrá saber lo que han bebido, lo que se han bañado, lo que han lavado los vecinos de Lezama. El Consorcio de Aguas presentó ayer en esa población un plan piloto de contadores de agua vía radio que ha desarrollado en los últimos meses. La experiencia, de acuerdo con su presidente, Juanjo Olabarria, ha sido un éxito. Sin embargo, y por una cuestión de dinero, su implantación inmediata en otros municipios del Consorcio no va a ser posible, ya que los contadores con radio salen un poco caros, aunque los responsables del organismo no concretaron ayer su coste. El Consorcio, dispuesto a experimentar, se planteó dos posibilidades: o bien cablear y llevar un control por impulsos eléctricos o bien aprovechar las nuevas tecnologías de radio que requerían menos infraestructuras. La segunda, que sólo exigía cambiar los contadores del municipio, fue la afortunada. La vida media de un contador de agua es de diez años y su mantenimiento va a cargo del Consorcio. "En ocasiones hay que utilizar hasta un espejito para poder ver los contadores y esto va a permitir una lectura a distancia", señala Olabarria. El Consorcio, entusiasmado con el proyecto, desplegó ayer todos sus encantos. Una pantalla frente al Ayuntamiento y un técnico explicaron las ventajas del novedoso método. Siguió una demostración práctica de cómo a distancia y con el pequeño terminal se puede leer el gasto de agua de cada familia. "No hay posibilidad de interferencias ya que tenemos un código de acceso", aseguró José Luis Villanueva, técnico del organismo. El peligro a los piratas, que con el auxilio de las nuevas tecnologías pudieran hacer una lectura de sus contadores a la baja, está salvado. Este sistema permite que el Consorcio, estén o no sus clientes en casa, pueda leer sus contadores y que la factura responda a la realidad y no a la tendencia de los últimos meses. "El Consorcio eligió los contadores de la marca Sappel porque, además de ser los más avanzados, curiosamente eran los que contaban con un coste más bajo", indicó Villanueva. El funcionamiento del contador -hay instalados 751- es sencillo. Cuando el terminal de radioordenador pasa por la zona los despierta y realiza la lectura. Una vez hecha, los contadores vuelven a su estado latente para ahorrar batería. La detección de un contador que no funciona es sencilla: no transmite información
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