Precisión
El domingo 8 de noviembre apareció en su periódico un artículo sobre el hundimiento del C-3. Mi padre, D. Rafael Fernández de Bobadilla, que aparece citado, fue comandante del C-3 desde abril de 1931 hasta abril de 1933. Era militar, de derechas y de ideas republicanas, pero no fue nunca falangista, como parece insinuarse en el artículo. Dicho sea con el respeto que tanto éste como otros grupos políticos me puedan merecer.Jamás le oí hablar mal de Remigio Verdia, cuyas ideas no compartía, pero que fue consecuente con ellas y por ellas murió. Me parece una bajeza que ahora se ensucie su memoria. En cambio, sí le oí criticar a Arbona, que siempre había presumido de falangista y que, por razones que nunca sabremos, no fue consecuente con sus propias ideas. Y se lo echó en cara entonces, no ahora.
Y no crean ustedes que han descubierto nada nuevo. A quien le interese le remito al libro Submarinos republicanos en la guerra civil, de G. Rodríguez Martín-Granizo e I. González-Aller (Ediciones Poniente, 1982); a la revista US Naval Institute Proceedings de abril de 1991; al site de Internet geocities.com/pentagon/3042; a La guerra civil española, de Hugh Thomas, y a muchas otras publicaciones que han tratado el tema.
Hay varias inexactitudes que atribuyo a mala memoria del señor Lidon. ¿Tiene idea de lo que supone "dejar un motor en Almería para reparar", es decir, sacar por una escotilla de 80 centímetros un motor de unos 8 o 10 metros de largo, 2 de ancho y 2 de alto? Y en cuanto a mandar "cojonudamente", a las pruebas me remito: con 12 submarinos, la Armada republicana no obtuvo ni un solo éxito; con dos submarinos comprados en Italia (mi padre fue comandante de uno de ellos, no oficial de enlace), el otro bando bloqueó la costa mediterránea y hundió varios buques.-
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