Pujol reclama poder para que la Generalitat recaude el 100% de los impuestos en Cataluña
El Gobierno catalán quiere más poder fiscal para recaudar el 100% de los impuestos en Cataluña y subir o bajar por su cuenta los tributos cuando le convenga. El presidente Jordi Pujol presentó ayer en Barcelona su propuesta de un nuevo sistema de financiación para Cataluña que sustituya al actual desde el año 2002. Pujol, que ha dado a este asunto categoría de prioridad absoluta para los próximos años, aseguró que la identidad nacional y el bienestar social corren peligro en Cataluña si el Estado no acepta las demandas fiscales de CiU. Los nacionalistas proponen que la Generalitat ingrese anualmente 400.000 millones de pesetas más que ahora, la misma cantidad que dejaría de aportar al Estado.
Bajo el lema "Un trato justo para los ciudadanos de Cataluña" y arropado por la organización del Círculo de Economía, un prestigioso foro empresarial, Pujol desgranó ayer ante unas 500 personas su propuesta de pacto fiscal para Cataluña. El acto fue interpretado en medios políticos como el pistoletazo de salida de la campaña electoral de Pujol para los comicios autonómicos de 1999 y, más allá aun, para las legislativas, previstas inicialmente para el año 2000.Pujol subrayó el mensaje de que los beneficiarios de su propuesta fiscal no serán el Gobierno de la Generalitat ni Cataluña en abstracto, sino los ciudadanos catalanes. El líder nacionalista aseguró que los catalanes hacen un esfuerzo fiscal suplementario y discriminatorio, y que si esto sigue así "entrarán en peligro la identidad nacional, el estado de bienestar y la competitividad de Cataluña".
El presidente de la Generalitat no se abstuvo de admitir algunas coincidencias con los planteamientos de los socialistas catalanes en materia de financiación autonómica. En efecto, las consideraciones que nacionalistas y socialistas hacen sobre el déficit fiscal de Cataluña (la diferencia entre el esfuerzo fiscal de los contribuyentes catalanes y los recursos que recibe esta comunidad) son básicamente coincidentes. Como también lo son, en el fondo, sus respectivas ideas sobre cómo debería ser en el futuro el sistema de financiación de Cataluña. El modelo propuesto por Pujol reclama poder para que la Generalitat recaude todos los impuestos y luego aporte a la Administración central la diferencia entre lo recaudado y la cantidad que, según lo pactado de antemano, le corresponda a Cataluña.
Criterios
El presidente catalán apuntó algunos criterios para fijar esa cantidad que le correspondería a Cataluña: que el Presupuesto de la Generalitat no bajase del 15% del PIB catalán (o sea, que fuese como mínimo de 2,4 billones, 400.000 millones más que ahora), o que el trato fiscal de Cataluña no sea peor que el que las regiones más desarrolladas de Europa reciben de sus Estados; y que el déficit fiscal catalán estuviera entre el 2% y el 2,5% del PIB. La propuesta de Pujol significaría la homologación del régimen fiscal catalán al vasco y navarro.No obstante, dejó abierta la puerta a un método alternativo al de la recaudación del 100% de los tributos (ahora la Generalitat gestiona el 30% del IRPF) que es muy similar al que defiende el PSC: la cesión a la Generalitat de un porcentaje de los impuestos recaudados en Cataluña (el denominado cesto de impuestos), o bien de un porcentaje del conjunto de la recaudación fiscal en la comunidad.
El Gobierno catalán reclama también capacidad normativa sobre todos los impuestos o como mínimo en todos aquellos que no sean armonizados a nivel europeo; es decir, pide poder para subirlos o bajarlos a voluntad. Estas demandas exigirían, según apuntó Pujol, que Cataluña dispusiera de una agencia tributaria propia o bien de una delegación de funciones de la agencia tributaria estatal. La exposición de Pujol tuvo en todo momento un doble registro: expuso sus aspiraciones máximas (recaudación del 100% de los impuestos, agencia tributaria propia...), pero a renglón seguido apuntó fórmulas intermedias que serían aceptadas por CiU (cesto de impuestos, delegación de funciones de la agencia tributaria del Estado...). Cuidando de no darle a su intervención un tono excesivamente radical, el líder catalán enfatizó que sus planteamientos fiscales "pueden parecer muy ambiciosos a primera vista, pero no vulneran la Constitución". Y llamó a todas las fuerzas políticas, especialmente al PSC y al PP, a debatir y respaldar sus demandas.
Pujol cifró el déficit fiscal de Cataluña con el Estado entre 800.000 millones y 1,3 billones de pesetas, de lo que dedujo que "los catalanes pagan un 20% por encima de la media española y reciben un 17% por debajo". "Esta diferencia es excepcional en toda Europa", abundó. "Cataluña aporta el 40% del excedente que se redistribuye en España, cuando sólo representa el 15,5% de su población y el 20% del PIB".
Insistió Pujol en que su propuesta no rechaza la solidaridad. "La solidaridad no es un peaje, sino que forma parte de nuestras obligaciones", dijo.
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